Creado en: abril 30, 2023 a las 12:11 pm.

La música de concierto en el teatro habanero del neoclásico (II)

Peter von Winter

El 14 de agosto de 1819 se repone en el Teatro Principal  la comedia de Luciano Francisco Comella Los amigos del día, pero el plato fuerte es un concierto en el que hace su debut habanero el violinista y director Manuel Antonio Coccó: “…acreditado profesor de música, recientemente llegado de la Península, tiene el honor de presentarse a este respetable público…” .

Se ofrece en el primer acto un Allegro de una sinfonía de Joseph Haydn, un  dúo del alemán Peter Winter cantado por las estrellas de la compañía operática Mariana Galino y Nicolás Garcias Reyes; Coccó interpreta un concierto de violín; la Galino canta el aria de Sebastiano Nassolini conocida como Il Cuanto Cuanto, y un final instrumental. En el segundo: Obertura del francés Étienne Nicolas Méhul de Los ciegos de Toledo; dúo del ítalo-español Esteban Cristiani por la Galino e Isabel Gamborino; unas variaciones de Andrés Rosquellas -músico  de cámara de Fernando VII-, sobre la conocida y antigua canción El Mambrú, interpretadas por Coccó; y un terceto de Doménico Cimarosa por Galino, Garcias Reyes y Juan Pau; finaliza con un instrumental.

El 7 de septiembre de ese año, luego de una reposición de la comedia La florentina, de Francisco Bahamonde, se programa otro concierto en dos actos: comienza con una sinfonía de Haydn, dúo de Winter con Gamborino y Garcias Reyes. La recién llegada Madame Knitell, “de nación alemana”, interpreta un concierto de clarinete de Crucetti; polonesa de Trento por Galino y final instrumental. En el segundo acto, Obertura de Méhul de Los ciegos de Toledo; dúo de Pietro Guglielmi por Galino y Gamborino; variaciones para clarinete de Kaffner, por Madame Knitell y final instrumental. El 28 de ese mes, la Knitell ofreció un concierto junto a su esposo, violinista, en una “casa de portales” en la plaza de San Francisco, con música del austríaco Ignaz Joseph Pleyel, Lefebvre, Kaffner, Crausell y el genial Mozart; una de las piezas fue Aria variada de los tiroleses, para violín y clarinete.

El 9 de febrero de 1820, para su beneficio, el violinista Coccó propone un concierto en tres actos con la sinfonía La batalla de Austerlitz, a grande orquesta, composiciones sinfónicas suyas y del bajista de la orquesta del Principal, José Serrano, y música vocal de Cimarosa y Pietro Generali, interpretada por las primeras cuerdas de la compañía. 

Para la Cuaresma de 1822 se organizan diez conciertos: el primero se da en la última semana de febrero, quizás el domingo 24. Le siguen los domingos 3 y 10 de marzo, pero no se publican los programas. El 12 de marzo la cartelera anuncia música de Generali, Cimarosa, Gioachino Rossini, Serrano y Coccó. Intérpretes: Galino, Gamborino, Garcias Reyes y Pau. Dos días después se ofrece el quinto concierto con temas de Mozart, Rossini y Nassolini. Cantan Galino y Gamborino

No tengo referencias completas de los programas sexto y séptimo, pero sí de que el lunes 18 de marzo Coccó ofrece un concierto de violín del francés Jacques-Pierre Rode.

El jueves 21 se ofrece el octavo concierto, a beneficio de la Casa de Beneficencia. Se interpreta en la primera parte una obertura de Étienne Méhul; un dúo de Tancredo, de Rossini, por Galino y Garcias Reyes; variaciones para violonchelo por el profesor Enrique González, peninsular residente en La Habana; aria La mísera, de Nassolini, por Galino y termina con un concierto de violín a toda orquesta por Toribio Segura, quien parece haberse incorporado definitivamente a la orquesta del Principal. Para la segunda parte se programa la obertura de Otelo, de Rossini; un aria de Tancredo, obligada a clarinete, cantada por Isabel Gamborino; dúo de Esteban Cristiani, por Galino y Gamborino; un Terceto de Madame Gael, por Galino, Gamborino y Garcias Reyes; y finaliza con una Fantasía española, a violín, con orquesta, interpretada por el maestro Segura.

Ferdinando Paër

El noveno concierto, celebrado el domingo 24 de marzo incluía en el primer acto una Obertura de Méhul; aria de una ópera del italiano Ferdinando Paër; concierto para violín de Laffon, por Toribio Segura; Aria de Guglielmi, por Galino; dúo de La novia impaciente, de Nicolas Dalayrac, por Galino y Gamborino. La segunda parte comenzaba con una obertura de Luigi Cherubini y seguía con un aria de Clarisa, de Cristiani, por Garcias Reyes; Terceto de Zara y Zefir, de Guglielmi, por Galino, Gamborino y Garcias Reyes; concertante a dos violines, con todo instrumental, del virtuoso Rodolphe Kreutzer, por los maestros Segura y Coccó.

El ciclo de conciertos de 1822 terminó con el décimo, el 25 de marzo. El programa:      

1ª Parte: Obertura de Rossini de La urraca ladrona; dúo de La clemencia de Tito, de Mozart, por Gamborino y Garcias Reyes; concierto para violín de Rode, por Coccó; Cavatina de Rossini, por Galino; Fantasía concertante a violín y guitarra con acompañamiento de orquesta, compuesta por T. Segura, quien ejecutará su parte en la guitarra, estando a cargo de Manuel Coccó la de violín. 2ª Parte: Obertura de François Boïeldieu de El Califa de Bagdad; cavatina de Rossini, por Garcias Reyes; dúo de La Olimpiada, de Giovanni Paisiello, por Galino y Garcias Reyes; variaciones para violín con acompañamiento de orquesta sobre el minuet afandangado, composición del italiano Nicola Vaccai, interpretada por el profesor Coccó.

Entre el 16 de febrero y el 2 de marzo de 1823 se ofrecen cinco conciertos de música vocal e instrumental. Solo tengo referencias del último, destinado a la ayuda de la Casa de Beneficencia. A la socorrida Obertura de Tancredo, el primer acto continuaba así: Dúo de La urraca ladrona, de Rossini, por Galino y Garcias Reyes; concierto de violín de Rode, por Coccó; Galino canta una cavatina de El barbero de Sevilla, de Rossini; Cuarteto del alemán Friedrich Kalbrenner para forte-piano por Clemente Peichler, de paso por Cuba; y vals a toda orquesta compuesto por Coccó. El acto segundo comienza con la obertura de El engaño feliz, de Rossini; sigue el aria de Nassolini ¡Cuanto, cuanto!, por la Galino; variaciones para piano del tema Pajarito, por Peichler; dúo “El placer mío y contento”, de Los Horacios y los Curiaceos, de Cimarosa, por Galino y Garcias; variaciones de violín del Himno de Riego y del ballet La araña, compuestas e interpretadas por Manuel Antonio Coccó, y un tema de El matrimonio secreto de Cimarosa.  

El 22 de marzo se ofrece un concierto extraordinario para presentar al violinista ruso Pedro de Bihil. Lo acompañan  Coccó, la Galino, Garcias Reyes y la orquesta.

Rossini invade La Habana

La última referencia que obtuve de mis investigaciones sobre este período data de 1824.

Como era habitual se organizan conciertos durante la Cuaresma, en esta ocasión concebidos por el recién llegado Vicente Zapucci, acreditado como profesor de canto.  Por razones de espacio solo destacaré las obras que aún no he mencionado. El domingo 7 de marzo abre con la sinfonía de La Cenenterolla, de Rossini. Salvo un aria de Pietro Generali, el resto es todo Rossini: arias, dúos y la sinfonía de Aureliano en Palmira. Los intérpretes son Mariana Galino, Vicente Zapucci y el primer tenor Nicolás Garcias. Para el segundo concierto el 11 de marzo se anuncia: que Zapucci “cantará en el carácter de bufo caricato, y su esposa [Teresa] tendrá el honor de presentarse por primera vez…”  Salvo dos piezas de Paër, un dueto de Guglielmi y dos temas de Generali, el resto responde a la fiebre rossiniana. El tercer concierto, el domingo 14, a beneficio de Isabel Gamborino, incluye para su protagonismo la ópera La feliz casualidad, de compositor desconocido, junto a temas del imprescindible Rossini.

El jueves 18 se da un beneficio a Nicolás Garcias Reyes que comienza con la sinfonía de Rossini de La italiana en Argel y con temas ya conocidos de Nassolini y Cimarosa; se añade la opereta Quien porfía mucho alcanza, “en la que Reyes cantará a la guitarra una tonadita nacional y con doña Isabel Gamborino la tirana de “Adiós cruel”. La quinta “función de música” incluye el aria “Un rayo sereno”, de Tancredo, interpretada por la Gamborino; una obertura compuesta por Manuel Antonio Coccó, un dúo de Generali por Gamborino y Garcias Reyes y finaliza con Carolina o El cuadro, opereta conformada con temas de Rossini. Una semana después reaparece en La Habana el tenor italiano Giovanni Garelli, quien estuvo en la compañía del Principal entre 1812 y 1813: canta en este sexto y último concierto un aria bufa de Liverati; se añade, entre otras piezas, una obertura de Paër; un andante y rondó de Kreutzer por el maestro Segura; y un dúo de Cimarosa de El matrimonio secreto, por Garelli y Vicente Zapucci.

En resumen, una primera infancia de la música de conciertos en nuestra vida teatral, con exponentes en su mayoría hoy olvidados, aunque no puede desconocerse que en alguna medida tuvieron significación en la evolución de la música en el occidente cristiano, contribuyeron al desarrollo de los intérpretes de entonces y, sobre todo, de un público criollo que en el avance del siglo XIX sería más exigente.

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