Creado en: abril 18, 2022 a las 07:52 am.

La trova es sagrada y tiene su día

Fotos: Yeinier Aguilera Concepción

Los días 13 se han convertido en sagrados. Alejados de supersticiones que asocian el número con indicios de mala suerte, los amantes de la trova han erigido la fecha como su Día Sagrado de la Trova. Así cada jornada se torna una suerte de afluente para el espíritu. En Las Tunas hay un fuerte movimiento trovadoresco. Fortalecido en las voces de jóvenes que desde la diversidad de estilos defienden la trova como un medio de expresión auténtico y variable. De ahí la importancia de iniciativas como estas  y  la necesidad de seguir apoyando y promoviendo estos espacios. Conversamos con Richard Gómez, quien se encarga de reunirlos cada día 13 en ese lugar especial en el que se ha convertido la Fundación Nicolás Guillén, sobre cómo surgió la idea y otras particularidades del encuentro.

¿Cómo surge la idea?

La idea se le ocurre a Vicente Feliú en los años 90. Él le pide a Lino Betancourt una especie de encuentro con los grandes trovadores de la época clásica en la casa de la trova Esequiel Rodríguez de Centro Habana.

¿Cómo fue el primer encuentro?

En esa ocasión Vicente grabó muchas canciones de estos señores de edad avanzada, pero que seguían defendiendo muy bien la canción trovadoresca. Entonces alguien sugirió reunirse todos los días trece de cada mes, aunque tristemente no pudo ser por diferentes causas.

¿Cuándo vuelven a retomar el proyecto?

En octubre del 2021 Feliú decide retomar los encuentros entre trovadores e invitados muy específicos como poetas, actores o cineastas que su trabajo tuviera que ver con la trova. Este encuentro ocurrió en la Sala Villena de la Uneac, vi la nota que salió en el Noticiero Cultural y me pareció una idea fantástica. Así que me puse en contacto con Vicente y le pedí autorización para hacerlo en Las Tunas. A él le gustó mucho mi propuesta y me dijo que sí.

¿Cuándo empieza El día sagrado de la trova aquí en Las Tunas?

Hice el primer encuentro en noviembre y tristemente Vicente Feliú muere al poco tiempo, esto fue un duro golpe para el movimiento de la trova cubana.

¿Este desafortunado hecho te lleva a algún compromiso?

Me obliga a uno doble. No solamente con los trovadores de diferentes generaciones que estamos tratando de sostener este trabajo y así resguardar la cultura de nuestro país. Sino también un compromiso con Vicente que apoyo mi iniciativa de extender a otras regiones de Cuba este proyecto y que el tiempo dirá si se logra o no.

¿Por qué el Centro Cultural Huellas y la Fundación Nicolás Guillen como sede de este proyecto en Las Tunas?

Me pareció el sitio ideal por la neutralidad que tiene implícita. En la Uneac están los más consagrados y en la AHS los nuevos trovadores y este es el espacio indicado para que confluyan las diversas generaciones. Además de la música, la poesía, el arte y las buenas energías en general.

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