Creado en: diciembre 11, 2023 a las 07:24 pm.

La trova es símbolo y conciencia de un continente

Por Yeilén Delgado Calvo

«En Cuba existe una ciudad mágica, una ciudad embriagada de luces, leyendas y canciones. Allí nació el Encuentro de trovadores Longina, que reúne a las más jóvenes figuras de la canción de autor. Este documental habla del pasado, presente y futuro de ese movimiento».

Esta es la breve reseña que en la programación de la 44 edición del Festival del  Nuevo Cine Latinoamericano presenta a Santa canción, un documental de 71 minutos, en el cual Juan Carlos Travieso se adentra en el encuentro de trovadores Longina canta a Corona, pero también en otras muchas esencias y determinantes de la creación contemporánea.

«¡Qué bonito que en el Festival, Santa canción esté colocado en un espacio que se llama Latinoamérica en perspectiva!, una sección que debería servir como provocación para que se piense, de un modo más coherente, qué hacer con las obras de arte, cuál es la manera que tienen hoy para cruzar las fronteras, para comunicar y sumar, para hacer que la gente se enamore de sus realidades».

«Es la perspectiva de estas naciones, de estos movimientos tan auténticos, tan arraigados en nuestra cultura latinoamericana; porque la trova es símbolo y conciencia de un continente, manera de expresarse, de pensar, de conectar».

La trova es también, según Travieso, territorio «de luchas sociales, de gente transgresora que ve críticamente la realidad que le toca vivir».

Justo por ello, explica su realizador, Santa canción va más allá del Longina como hecho cultural. «Es un documental que habla de la trova, la historia de ese festival, de los nuevos valores que tiene la canción de autor hoy en Cuba; pero también de las preocupaciones de los artistas en torno a qué hacer con su obra, cómo aprovechar los espacios alternativos de circulación, cómo visibilizar los valores de la canción en los medios de difusión, los espacios públicos e, incluso, los circuitos internacionales».

Según dice Travieso, su obra apuesta, además, porque se vea con ojos indagadores la experiencia de La Trovuntivitis y del Mejunje, con un público que califica de «amante».

«Hay que pensar en las potencialidades de un fenómeno que en otros tiempos fue tan popular y que permitió al mundo descubrir los valores culturales y musicales que había en la Isla. ¿Cuántas personas no vienen por sus propios medios a visitar la ciudad de Santa Clara en los días del Longina, porque entienden que hay un poder de convocatoria ahí, porque quieren vivir la trova de la manera en que se vive en ese festival? Creo que eso hay que saberlo aprovechar como producto artístico».

Acerca de la trova como Patrimonio Cultural de la Nación, y las deudas que con ella se tienen, Juan Carlos cree que «todos estamos endeudados de algún modo con ella, no solo los realizadores; cualquiera a quien una canción le haya permitido enamorarse o enamorar, compartir con amigos, o le traiga recuerdos de una noche bohemia.

«Hay muchas conexiones con esas canciones, que además te permiten pensar en una utopía revolucionaria, en el cambio social, que permiten mirarse por dentro para pensar los valores que tiene cada uno como ser humano.

«La poesía es de esas cosas que no se pueden dejar pasar y que tienen que acompañarlo a uno siempre; es un valor que tiene ese arte joven, y sobre lo que llama la atención también el documental».

«En Cuba existe una ciudad mágica, una ciudad embriagada de luces, leyendas y canciones. Allí nació el Encuentro de trovadores Longina, que reúne a las más jóvenes figuras de la canción de autor. Este documental habla del pasado, presente y futuro de ese movimiento».

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