Creado en: julio 24, 2021 a las 09:43 am.

Leonor Pérez Hinojosa y el sueño de ser actriz

Foto: Yunier Gamboa

Confiesa sentirse feliz, enfocada en crecer y superarse cada día. La actuación es su pasión, le viene de casta. Su madre Verónica Hinojosa es de las actrices más prominentes de Las Tunas. Más, ella ha sabido abrirse camino con méritos propios, sin olvidar los consejos de quienes como su madre, han aportado a su crecimiento profesional, pues sabe que el actor joven no puede obviar al que tiene la experiencia.

Leonor Pérez Hinojosa es una actrizvirtuosa.La hemos visto cantar, declamar, narrar historias que dibujan sueños en los rostros de los niños. Ser parte del colectivo del Guiñol Los Zahoríes es un orgullo y su mejor escuela. Vicepresidenta de la Asociación Hermanos Saíz en la filial tunera y miembro de la Fundación Nicolás Guillén, la joven actriz apuesta por la creación y promoción artística. Nos habla de amor, agradecimiento y esfuerzos.

El teatro te viene de muy cerca, tu mamá es una de las actrices más importantes de la provincia. ¿Cuánto influyó su ejemplo en tú decisión de ser actriz? ¿Cuándo llegó esa decisión?

El ejemplo de mi madre influyó mucho en mí, crecí viéndola trabajar. Crecí viendo teatro, disfrutando el arte en su máxima expresión. Cada vez que había un acontecimiento cultural en Las Tunas ella trataba de participar para formarse, no sólo de teatro sino de música, pintura, danza porque el teatro es lo más completo. Y así aparte de formarse ella contribuía a mi formación. Mi madre para mí es un ejemplo a seguir, mi mamá es muy entregada y creativa y al verla a ella trato de ser mejor cada día. Esa es una forma de que se sienta orgullosa de mí. Su ejemplo y esa vinculación desde niña con el teatro y el arte me hicieron definir desde pequeña mi vocación. Mientras otros niños decían yo quiero estudiar medicina yo decía voy a ser actriz. Participaba en talleres para niños, grupos de teatro aficionados, actos, recitaba, cantaba y desde ahí nació el sueño de ser actriz hasta que ya grande tomé la decisión de dedicarme profesionalmente a la actuación.   

El teatro para niños requiere  de una sensibilidad especial para llegar a ese tipo de público. ¿Cuán difícil es trabajar para los niños?

Trabajar para los niños es muy difícil. Es un reto. Se requiere carisma y naturalidad, para llegar a ellos. Son muy sinceros. Cuando al niño no le interesa lo que ven simplemente se quieren ir o se ponen a conversar con el del al lado. El niño de ahora no es como el de antes. Ahora los niños tienen a su disposición muchos medios tecnológicos, se distraen con el teléfono, el Tablet, lo mismo ponen un juego que una película. Por eso necesitamos hacer espectáculos teatrales cada vez más atractivos y novedosos, contextualizados sin descuidar por supuesto la parte educativa que es nuestro objetivo principal. 

¿Cómo se prepara Leonor antes de salir a escena?

Yo cuando tengo que actuar me pongo muy nerviosa. Todo el tiempo estoy tensa. Mi mente está pensando en el texto, la coreografía, como debo moverme en el escenario, las canciones. Es muy importante la energía, estar en paz y tranquila, concentrada. Cuidar el entrenamiento corporal y vocal. Es un largo proceso de ensayos con el equipo de trabajo. Donde si algo falla, fallamos todos. No me preparo sólo yo como actriz sino a todos mis compañeros, los actores, sonidistas, todo el equipo para salir segura a escena. Una vez que estás preparada y todo está listo, salir a escena y que el resultado sea el que imaginaste te sientes pleno. No hay nada más gratificante.

El Guiñol Los Zahoríes está próximo a cumplir 50 años. Es un grupo reconocido dentro del teatro tunero. ¿Qué significa pertenecer a éste colectivo?

Pertenecer al Guiñol ha sido mi mejor escuela. Desde pequeña siempre estuve presente en la compañía, viendo el proceso creativo y como público. Una vez de pequeña participé como invitada en una obra y esa experiencia fue maravillosa. Más tarde el propio grupo convocó a talleres de formación para jóvenes actores que tuvieran actitudes y les gustara el trabajo para niños. Cuando terminaron los talleres me quede allí. Hoy después de todo este tiempo en la compañía tengo la responsabilidad de que el guiñol no muera, que su historia y su legado cultural permanezcan.

Eres la gestora del proyecto Matarile, que desde la Asociación Hermanos Saíz promueve el teatro para niños. ¿Cuánto ha aportado éste proyecto a tu carrera?

Matarile nace de la necesidad de tener un espacio dedicado a los niños desde la propia Asociación Hermanos Saíz. La mayoría de los asociados de artes escénicas en la AHS trabajamos para los niños. Decidimos llevarles el teatro a los niños a las comunidades, no quedarnos sólo en la casa. Junto con el teatro  fusionamos todas las manifestaciones. Porque el objetivo es que disfruten pero a la vez puedan apreciar lo mejor del arte tunero, que los niños conozcan a sus artistas. He tenido colaboración de muchos artistas que se suman al proyecto y hacemos una mezcla de todas las artes. Allí han estado Iraida Williams, Elizabeth Borrero, Ana Rosa Díaz, entre otros. Esta arista del trabajo comunitario es muy gratificante, los niños de las comunidades disfrutan muchísimo nuestras actividades y agradecen nuestro trabajo.

Algún personaje que recuerdes especialmente. ¿Por qué?

Todos los procesos creativos que he participado son muy importantes. Tanto como actriz como ayudando con la producción. Pero recuerdo especialmente con cariño la Zorra del Principito. Esa fue la última obra en colectivo que dirigió Emelia González, en aquel momento directora artística del Guiñol. Ese personaje es clave en el Principito y requiere madurez, fue complicado. Recién había llegado y verme rodeada de artistas consagrados, fue un reto. Pero gracias a los consejos de esos mismos artistas como Argentina Vázquez, Clotilde y Pilar Aguillón, pude asumir y realizar bien el personaje.

¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?

Estoy en varios proyectos, remontamos Pueblo Roto, pero quisiera llevarlo a un audiovisual, de forma tal que se pueda disfrutar por la televisión. Estoy trabajando también  en un espectáculo  colectivo por el aniversario cincuenta del Guiñol, La Cuqui. Es una obra musical sobre la Cucarachita Martina. Hago dos personajes y es un proyecto muy exigente donde tengo que cantar, tiene títeres y actuación en vivo. Esto me tiene muy feliz, siempre de la mano de todos los actores consagrados, que con su ayuda nos permiten crecer profesionalmente.

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