Creado en: diciembre 12, 2023 a las 10:01 am.
Lo que ilumina la sala oscura
Por Yeilén Delgado Calvo
En la sala de un hospital, Sofía (Ayomi Domenica Dias) apenas puede mostrar emociones con su rostro. La han golpeado. La turba enfurecida ha estado a punto de asesinarla. En presencia de su padre, la doctora le informa que han controlado la hemorragia, que tiene dos costillas rotas y un esguince muy feo en una muñeca.
Además, como un detalle menor, pero sabiendo muy bien cuánto significará para su paciente, le comunica que, debido a los golpes recibidos en el vientre, ha perdido el embarazo. Entonces, el público que se ha reunido en el cine Yara para ver la ópera prima de la brasileña Lillah Halla, prorrumpe en aplausos.
No hay como el espacio físico del cine para constatar los resortes emotivos que despierta una película en la gente; ese entendimiento colectivo es una de las luces que iluminan las salas oscuras, y que las mantienen vivas, a pesar de que haya otras formas mucho más accesibles de consumir productos audiovisuales.
Levante –filme de 92 minutos, con participación de Brasil, Uruguay y Francia; y realizada con los fondos de ayuda al desarrollo y la coproducción que anualmente concede el Programa Ibermedia– conecta con los espectadores de Cuba, donde el derecho de las mujeres a la salud sexual y reproductiva, incluyendo la interrupción voluntaria del embarazo, es una conquista social establecida.
La película, exhibida como parte de la 44 edición del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano, cuenta la historia de una humilde muchacha de 17 años, jugadora de voleibol, quien a punto de discutir la final de un campeonato, y de obtener una beca en el extranjero, descubre que ha quedado embarazada, producto de una relación sexual casual.
No lo quiere tener, pero en Brasil el aborto es penalizado. Siguiendo un señuelo en internet, llega a una clínica privada en la que tratan de disuadirla de su decisión. A partir de allí, se suscitará una persecución enfermiza de la comunidad religiosa de su barrio contra Sofía.
Todos sus intentos se verán coartados: a pesar de ser de origen uruguayo, no puede acceder a la interrupción allí, por carecer de ciudadanía; y los servicios ilegales seguros son demasiado caros.
No obstante, la película narra, además, el entendimiento y la incondicionalidad del padre viudo, de la amiga y luego pareja, el apoyo de las compañeras y de la entrenadora. La sororidad frente al fundamentalismo es defendida por Halla, quien a través de su cámara expone la belleza del cuerpo femenino no normativo, con desnudos muy delicados.
Temas como la diversidad sexual y de género atraviesan esta historia, merecedora del premio El Abrazo, al mejor largometraje de ficción del Festival Biarritz-América Latina. Al recibirlo, su Directora –formada como cineasta en Cuba– dijo que «toda película es política».
Levante demuestra que el concepto de «nuevo cine latinoamericano» no solo está vigente, sino que es muy necesario, por su poder de denunciar, cuestionar; y conmover, con planteamientos complejos y progresistas, a ese ser plural que conforman los asistentes a una sala de cine.
(Tomado de Granma)