Creado en: septiembre 11, 2022 a las 10:26 am.

Más sobre escenografía en el neoclásico habanero (II)

Maqueta de una representación en España a fines del s. XVIII

Por supuesto que la escenografía iba evolucionando con los años, gracias a adelantos tecnológicos y a la inventiva de los artistas plásticos de la escena, que entonces también eran maquinistas, o sea, directores de la tramoya, esa compleja profesión que requiere de subalternos que sean avezados técnicos en la construcción, disponibilidad y manejo de recursos que permitan hacer rápidos y sorprendentes cambios para satisfacer  las exigencias de los dramaturgos y directores en cada una de las puestas en escena.  

El 4 de octubre de 1817, nuestro Francisco Covarrubias apuesta por Calderón de la Barca para su beneficio: la comedia de magia El mayor encanto amor, no vista por el público habanero desde 1805:

“…Que además de mil bellezas y sales cómicas con el gracioso, estará adornada de las siguientes visualidades: Hermoso grupo de nubes en que baja una ninfa. Un vaso, al tiempo de beber en él, arroja fuego. Dos árboles se transforman  en dama  y galán. Un escuadrón de fieras lidia con otro de hombres. Un gigante trae una caja para que lleve al hombro el gracioso, y al tiempo de abrirla éste creyéndola llena de joyas, salen un enano y una vieja, le embisten y vuelven a desaparecer. La mágica convierte al gracioso en mono, y en el mismo teatro vuelve a su primera forma. Ejército de mujeres solas, batalla con otro de hombres, quedando aquéllas vencedoras. Horrible tempestad, convirtiéndose en fuego las olas del mar. Y otras que se omiten. Seguirá después un excelente terceto por la Sra. Galino y los señores Garcias y Pau. Concluyendo la función con un gracioso sainete nombrado: Nueva corrida de toros o El toro nuevo …”

El anuncio de la reposición de El mágico del Mogol , el 2 de febrero de 1818, trae una descripción más completa que la anterior sobre sus audacias escenográficas:

“… una mesa preparada para comer, se transforma en un coche con dos caballos que se la llevan. Un gran puente por donde pasan el galán, dama  y gracioso, se transmuta en un palacio y vuelve después a su primitiva forma. Una torre se transforma en vistosa galería, y en ella la Fama. Una mesa se transmuta en una puerta por donde se libran dama y galán del tirano que los persigue, y después vuelve a su primera forma. Una alhacena se convierte en botica, y en ella el gracioso de boticario. Un canapé se transforma en féretro, con las hachas encendidas a los lados, y la dama en el féretro como difunta, y a otro silbo se transforma dicho féretro en un magnífico trono y en él sentada la dama vestida de gala. Al tiempo de prender a los graciosos se convierte una caja en una portada por donde salen dos leones y embisten a los soldados. Un relox se transforma en pedestal sobre  el que estará una ninfa, y después dicho pedestal se transmuta en un gigante que corre por el tablado en defensa del gracioso. Un obscuro subterráneo se transforma en magnífico y vistoso jardín transparente, con un cenador en medio, que a su tiempo se transforma en brillante trono, y en él sentada la dama …”.

Ese mismo año, el 6 de octubre, el barba Rafael Palomera selecciona para su beneficio el melodrama en tres actos de Fréd du Petit-Méré El huérfano y el asesino en el valle del Torrente, de traductor desconocido; se informa: “ … la escena estará hermoseada de varias visualidades, cuales son una agradable vista de árboles con un busto en medio adornado de guirnaldas, un vistoso monte con un rápido torrente de agua, y un gracioso baile de aldeanos análogo a la situación con otras varias cosas que se omiten…”.

En esoso días se menciona por primera vez al escenógrafo y arquitecto Francisco Zaparí, quien después de un exitoso trabajo en México, abonará larga trayectoria en Cuba. En ocasión del beneficio de Juan Pau, se estrena El monte de San Bernardo o La constante Elisa:

“…El adorno de la escena es una vista de montaña de rocas escarpadas, cubierta de nieve por su cima, demostrando en todo la estación rigorosa de invierno que ha desempeñado con el gusto y delicadeza que tiene acreditados el profesor de pintura D. Francisco Zaparí, copiándola fielmente de una lámina que se ha recibido de Italia, adjunta a la ópera. En el segundo acto, se expresa con la mayor propiedad una furiosa tempestad de viento y granizo, que queda luego en una apacible lluvia de nieve, mecanismo de sumo mérito y hasta ahora no ejecutado en este teatro”.

Al final de esta temporada, el 18 de enero de 1819, para el beneficio de Manuela Franco y la joven Enriqueta Palomera, ambas actrices seleccionan:

“… la acreditada comedia en tres actos, titulada: El arca de Noé y diluvio universal. Que contiene hermosas visualidades, siendo las más sobresalientes, la de una sierpe iluminada que atraviesa el teatro, la del hacha que se le vuela de las manos al gracioso, la entrada de todos los animales en el arca, así terrestres como volátiles, la terrible escena del Diluvio, la salida de los animales en el orden que entraron, la vista de una viña transparente y otras varias…”

Otra audacia de Zaparí se produce el 5 de julio de 1819 para El triunfo de Judith y muerte de Holofernes, drama heroico de Vera Tassis: “…una elevación transparente; la muerte del general Olofernes que se manifestará con la mayor propiedad dispuesta por una máquina: el suntuoso Carro (también nuevo) que conduce la Judith en triunfo con la cabeza del tirano…”

El 6 de septiembre de 1819 se reestrena la primera parte del melodrama intermediado de música de Rodríguez de Arellano Armida y Reinaldo: “… con una magnifica marina transparente, donde atraviesa la dama por el mar, tirada por dos delfines. Horrorosa tormenta acompañada de copiosos rayos que a un tiempo cruzan la escena, formando una nueva visualidad…”

La versátil y hermosa Manuela García Gamborino escoge para su beneficio el 27 de septiembre de ese mismo año La cabeza de bronce o El desertor húngaro, comediade gran espectáculo en tres actos. El anuncio:

 “… siendo unade las partes que más contribuyen albuen parecer de la pieza el adorno y propiedad de la escena, se ha procurado desempeñar con el mayor esmero, a cuyo finse ha hechola trampa o secreto de la cabeza debronce por donde ha de subir Rosal y hundirse Covarrubias: La elevada roca al lado del Danubio, desde cuya eminencia se arrojará el mencionado Rosal huyendo de la tropa que lo persigue haciéndole fuego…”

Y el 11 de octubre,Zaparí, enla comedia Encontrar tres imposibles, mujer firme, amigo fiel y criado agradecido o La nobleza catalana, aporta: “… vistosas perspectivas que en diversas situaciones presenta la escena, principalmente en la del desembarco del conde de Barcelona donde se verán varios buques que hacen el saludo al pasar la falúa que conduce a este personaje, y el feliz desenlace del drama…”.

En el Principal se estrenó el 8 de noviembre de ese año, en ocasión del beneficio de Isabel Gamborino, la ópera de Nicolas Méhul El dia de aventuras, en la que “… las diferentes y vistosas perspectivas que en varias situaciones presenta la escena, siendo una de ellas la fachada exterior de una hermosa quinta, teniendo a un lado una casa con dos pisos habitables hecha al intento con el mayor esmero, de cuyo piso superior, que sirve de prisión al capitán Gercourt, que lo ejecuta el Sr. Pau, bajará este por una escala a esconderse en el primer piso, que es habitación de la Dama…”.

También Esteban Villa, consueta y maquinista, concibe para su beneficio, el 25 de enero de 1820, juegos de tramoya parala muy representada comedia de maquinaria El nazareno Sansón, de Pérez de Montalbán:

“… un árbol que a un tiempo se transforma en un  hermoso pavorreal  abriendo la cola, sobre el que vendrá un ángel, y vuelve todo a su ser. Batalla de Sansón con los filisteos con una quijada de la que sale un manantial en el que bebe aquél. Magnífica decoración de templo hecha nueva para este objeto; la que a su tiempo caerá descubriendo otra decoración igualmente nueva de las ruinas del mismo templo. Vista nueva de muralla de la que arranca Sansón las puertas y las lleva al hombro …”.

He obviado por razones de espacio muchas más descripciones de la escenografía de las puestas en escena habaneras, sobre todo de 1820 en adelante.

Pero indiscutiblemente la concepción, diseño y aparataje de los decorados en la etapa neoclásica y pre-romántica del teatro habanero, estuvieron a la altura de lo que se ofrecía en las más importantes plazas teatrales  de Europa y América.

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