Creado en: octubre 18, 2022 a las 08:32 am.

Mirta Aguirre, cercana, presente

Mirta Aguirre. /Foto: Tomada de La Jiribilla

Por Madeleine Sautié 

De niña me la mostraron los libros de la escuela, esos que dejan huellas en lo que un día seremos. Su firma infundió la cortesía, el gusto por la belleza, la devoción por los héroes patrios, el disfrute y la sabia adivinanza que hace prender lo que no debe olvidarse, el amor bienhechor por los personajes esenciales de la literatura.

De adolescente, la Canción antigua al Che Guevara se volvió esencial, y nunca más fue posible pensar al guerrillero sin que se le viera en el ajetreo de aquellas imágenes incombustibles, pintadas por su pluma.

El amor por las letras, regocijado en la lectura de su propio lirismo, convidó también a estudiar a la ensayista de talla espléndida, a la profesora –después doctora– que concibió trabajos mayores centrados en Miguel de Cervantes y Saavedra, Sor Juana Inés de la Cruz, Nicolás Guillén… que estudió hasta el meollo La lírica castellana hasta los siglos de Oro, o El romanticismo, de Russeau a Víctor Hugo.

Miembro de la Liga Juvenil Comunista, de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo, apasionada estudiosa de la música y de la filosofía marxista, periodista, guionista de radio y televisión, poeta contemplada en serias antologías de amor, su nombre se nos fue haciendo indispensable, al pensar en intelectuales cabales.

Entre las más altas voces del claustro universitario cubano de todos los tiempos, revolucionaria en el gesto y en la acción, militante comunista orgullosa de un tiempo que conjugó en futuro, Mirta Aguirre, nacida hace hoy 110 años, está en nuestra esencia, en las mejores y más bellas formas de nuestro presente, en los esbozos certeros de lo que habrá que construir.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *