Creado en: noviembre 7, 2022 a las 09:12 am.
Raúl Paz: yo soy como canto (+Audio)
Entre acordes y letras antológicas del repertorio de Raúl Paz, despidieron su tarde dominical los espirituanos que se dieron cita en el Museo Casa de la Guayabera, ubicado en el centro histórico de la Ciudad de Sancti Spíritus.
Temas como Veinticinco años, Azul, Un pedacito, Laberinto, Carnaval, Sin límites, entre otros, pusieron a bailar y a corear a los yayaberos simpatizantes de las melodías del popular músico cubano, quien aprovechó el encuentro para presentar su libro Escribir sin memoria.
«La idea era hacer un cancionero moderno. Quienes tienen más edad recordarán esos folletos en el que aparecía la letra de la canción, algún texto de la historia del artista o su currículum. Yo aprendí a tocar guitarra con los cancioneros de Silvio, de Pablo… Jugando empecé a escribir historias de mis propias canciones, y entonces, cuando tenía varias historias de canciones, hice el volumen».
«Se trata de un cancionero de tiempos modernos, porque vas ahí con un QR que te permitirá escuchar la canción, ver la letra en un sitio web. También aparecen los acordes del tema para que lo puedas aprender, al tiempo que incluye historias de esas propias obras, u otras historias, o reflexiones».
«El texto está en venta por Amazon, pero quiero regalárselo a Cuba. Entonces, cuando voy a un lugar bonito como este, lo traigo y se los dejo. Me encanta el público de aquí. Con él me identifico. También disfruto mucho de esta institución. Es muy ameno sentarme aquí a conversar con Carlo Figueroa, su director, como he hecho esta tarde».
¿Qué opiniones te han devuelto los lectores que han tenido acceso a tu cancionero?
«La mayoría de la gente me dice: ahora me enredaste más todavía, porque ya yo creía que la canción hablaba de tal cosa y ahora te fuiste para otro lado. Yo les digo- a veces- que no es la historia de la canción, pero se lo creen. Ha sido muy bonita la acogida. A través de este libro las personas entran un poco más en mi intimidad».
¿Cómo ha sido la experiencia de formar parte de las telenovelas cubanas, a través de sus bandas sonoras?
«Ya estoy como de cantante de la novela. (sonríe) La primera a la que le puse música fue La otra esquina, dirigida por Ernesto Fiallo. Siempre ha sido con él. Somos amigos. Le había comentado que no tenía tiempo; pero me convenció diciéndome que me había llamado porque fui actor, y que él quería que la música fuera un personaje más de la novela. Fue así que me interesé. Ha salido bien, yo creo».
«La gente me da siempre mucho ánimo y al parecer los temas gustan. Es muy trabajoso, pero vale la pena. A esta última novela, Los hijos de Pandora, yo no podía ponerle música. Le dije a Fiallo que estaba ocupado haciendo un disco. Pero yo tenía una canción que se llama Los hijos. Él la escuchó, no sé cómo, y me dijo: has hecho la canción de la novela mía. Yo no lo podía creer. Al final estamos tan sincronizados. Le di la canción. Fue así la historia».
Trabajas en un nuevo disco ¿de qué va?
«No tiene nada que ver con novelas. Estoy ahí entusiasmado, porque creo que va a ser un disco de una nueva era; o sea, mi último disco se llama El Puente, quees el de la novela Vuelve a mirar. Es el puente de algo que en ese momento no sabía qué era; y ahora ya sé que es el puente de esto que viene ahora: la nueva música que estoy haciendo, y que me encanta. Me encanta mi nuevo personaje. Es lo que puedo adelantar».
En una oportunidad te escuché decir que cantas lo que compones ¿Cierto?
«Cantar lo que compongo es como un pedazo de mí que yo saco y lo pongo. Yo soy como canto. No sucede cuando canto canciones de otras personas, o cuando interpreto ópera. Encontré una manera de decir mis cosas haciendo esas canciones».
De tus temas o discos, ¿Cuáles te han proporcionado más alegría?
«El disco que más éxito ha tenido, mi preferido, el que estableció mi estilo. Se llama Mulata. Fue el primer disco donde yo me encontré. Yo dije así: “ese soy yo”. Pero en cada disco hay temas que dan mucha satisfacción. Hay canciones que uno quiere más o menos; o que te gusta solo a ti, o que le gusta más al público. Por ejemplo, a mi tema Azul yo nunca le di mucha importancia; pero la gente lo ha ido incorporando, y se ha hecho trascendental».
«Si tuviese que escoger tres discos, me quedo con Mulata, Havanization, y El Puente, que fue mi última producción».
El Embajador de Buena Voluntad del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), no solo canta en los buenos tiempos. Hace semanas se le vio improvisar escenarios en su natal Pinar del Río, donde las furias de Ian borraron la alegría a los lugareños.
«Este ciclón lo pasé allí. Fue peor que otras veces. No pude salir de mi casa hasta el tercer día. Los caminos estaban llenos de árboles. Cuando logramos hacer un huequito salí. Fue deprimente lo que vi: mucha gente que ya llevaba tres días durmiendo bajo las estrellas, con niños pequeños. Naturalmente sabía que debía hacer algo. Llegué a La Habana, y regresé con dos músicos. Yo solo sé cantar».
«Hicimos tres conciertos en pleno apagón; pero muy bonito. La gente estaba tildando la idea como de una locura, pero se empezaron a llenar los lugares en los que cantamos, sobre todo de niños, quienes terminaban muertos de la risa. Algunas madres se nos acercaron y dijeron: “mi hijo hacía tres días que no se reía”. Entonces creo que el arte no solo está para entretener, sino para llenar las almas y transmitir cosas positivas».
Este domingo el cantautor Raúl Paz escribió en la memoria de los espirituanos que se encontraron con su música a orillas del Yayabo, la crónica de una tarde inolvidable entre letras y guitarras.
