Creado en: enero 28, 2021 a las 10:06 am.

Roberto Fabelo y las figuraciones de su mente a través de su pincel

De Roberto Fabelo, el pintor cubano, mucho se ha escrito. Sobre todo, porque resulta imposible no quedar prendado de su obra cuando se tiene delante para disfrutar.

Hoy, día glorioso para la Patria por el aniversario 168 del natalicio del Héroe Nacional José Martí (1853-1985), el artista camagüeyano también está de cumpleaños.

Como el Apóstol, persiste. “Si te desmovilizas, pierdes”, confesó en entrevista una vez, asegurando que se mantiene atento, dibujando todos los días para producir más, sin que lo encasillen en una visión más clásica o contemporánea. “(…) Lo que deseo es trabajar y mantener la curiosidad en la búsqueda dentro de mí mismo, de mi imaginario, de mis inquietudes, de mis indagaciones (…)”.

Con Abel Prieto, entonces Ministro de Cultura de la República de Cuba (1997-2012) y Rafael Acosta, Presidente del Consejo Nacional de las Artes Plásticas (1995- 2009), durante la entrega del Premio Nacional de las Artes Plásticas en 2004/Foto tomada de https://fabelostudio.com

Además de pintor y dibujante se define grabador, ilustrador y escultor. Nació en Guáimaro, Camagüey, y desde pequeño su pasión por la grafomanía -como él mismo denomina al dibujo- estuvo presente.

Fue entonces que cualquier soporte le pareció adecuado para expresar en imágenes lo que procesaba su imaginación, dando riendas sueltas a sus carboncillos, tinta y más tarde su pincel. “Pareciera que vino al mundo con un lápiz en la mano”, diría de su condición creadora la crítico, investigadora y curadora de arte, Llilian Llanes, del artista que tras sus estudios primarios ingresó en la Escuela Nacional de Arte (ENA) (1967-1972), continuando su formación en el ISA, donde se graduó en 1981 tras otros cinco años de estudio.

Ovo, 2015/ Foto tomada de https://fabelostudio.com

Su valía profesional no solo la avala la calidad y el sello indiscitible de su obra sino también el éxito y acogida de sus exhibiciones personales, tanto dentro como fuera del país, así como su participación en ferias de arte y la inclusión de sus piezas en significativas colecciones internacionales.

De él diría otro maestro, Eusebio Leal (1942-2020): “(…) me satisface elogiar a un Maestro que goza de tanto prestigio en todas partes donde se le conoce y donde se le intuye, cuando se le admira de lejos o cuando se le quiere de cerca como amigo, como amigo bueno”.

Pues su obra, agregaría el ilustrísimo historiador, “es la de sus visiones personales: cuando ha dejado de verlas, ha dejado de pintarlas”. De ahí que a través de ellas, “profundiza en un mundo que se nos descubre y revela de su mano. No sabemos exactamente en qué espacio, en qué tiempo, en qué momento, en qué instante… de su mano nos acercamos a todo lo bello, a todo lo contrastante, a todo lo sublime e infame que nos rodea. Y salimos como endebles, como esas criaturas aladas que salen y aparecen llevando sobre la cabeza la caracola que José Lezama Lima recordaba como clave de todos los misterios. Esa caracola que es el compromiso con el mar; esa caracola que es el símbolo de lo eterno, de lo que no acaba, de lo que no se detiene, de lo que hay que conocer en su misterio, en su profundidad y en su profecía”.

Este 28 de enero, está de cumpleaños el creador que trabaja como el poeta, porque encontró en la metáfora el recurso idóneo para hacer pensar y deleitar. Tampoco se desliga del humor, presente para él hasta en las más difíciles circunstancias, donde el arte y la cultura se vuelven cada vez más importantes, como expresaría en el 2016, al recibir el doctorado honoris causa por la Escuela Bancaria y Comercial de México, por su trabajo plástico y su presencia artística en esa hermana nación.

“(…) No imagino una ciudad poblada por edificios de concreto, sin el espíritu y la presencia de las artes. El arte es como los árboles y como la risa de las personas: inherente a la existencia (…)”.

Cafedral / Instalación / Cafeteras de aluminio y espejos / 2003/ Foto tomada de https://fabelostudio.com 

En Cuba, además de disfrutar de sus instalaciones en las distintas Bienales de La Habana, se le admira y reconoce por su seres fantásticos con cabezas de pájaro, gallos de gran tamaño montados por mujeres pájaros distinguidas también por la sensualidad o todo el universo que construye y regala donde fantasía y erotismo nos trasladan a otra nueva realidad.

Arte culinario IV, 2015/ Foto tomada de https://fabelostudio.com

En reconocimiento a su obra, le fue otorgado en el año 2004 el Premio Nacional de Artes Plásticas, siendo merecedor igualmente de las medallas Alejo Carpentier, Abel Santa María y Juan Marinello.

Quienes le conocen aseguran que no descansa ni un minuto, pues para el artista todo el tiempo cuenta cuando se trata de producir sus fantasías y obsesiones.  

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