Creado en: enero 21, 2022 a las 09:42 am.

Rogelio Polanco en la Uneac de Ciego de Ávila

El ejecutivo del Comité Provincial de la Uneac en Ciego de Ávila esperaba, con la infusión humeante, la visita del miembro del Secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Jefe de su Departamento Ideológico, Rogelio Polanco Fuentes, y de Roberto Montesino Pérez, vicejefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

Aunque no era la primera vez que nos visitaban importantes figuras del panorama político-cultural de la isla, la ocasión sí era especial por estos tiempos de pandemia. ¿Qué le puede aportar a un dirigente de nuestro partido, y a los artistas avileños, una visita como esta?

Nuestros miembros saben que en el artículo 2 de los estatutos de la Uneac se recoge:

“La Uneac fundamenta su existencia en el Artículo 7 de la Constitución de la República de Cuba y reconoce al Partido Comunista de Cuba como fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado.”

Y en la materialización de este apartado pudiera estar entonces una de las muchas posibles respuestas. Pero no es tan sencillo.

Pudiera ser, también, un hecho político, de imagen, en medio de un contexto social complejo. Sobre todo, a raíz de los sucesos de julio pasado. Mas no lo considero así.

Rogelio Polanco es un hombre que ha transitado por varias responsabilidades dentro de la vida cultural del país y conoce de sensibilidades. Muchos lo recordamos de su trabajo en el periódico Juventud Rebelde; otros, de cuando cumplimos misión internacionalista en Venezuela y era el embajador de Cuba.

Siempre lo vemos como un ser de cualidades excepcionales, un control absoluto de sus emociones y, sobre todo, su apego a la verdad.

En este encuentro no dejó de mencionar el papel impulsor y aglutinador de la Uneac y de la cultura. Su importancia en el acercamiento del sentir del pueblo y las máximas figuras del partido y gobierno.

Se interesó por todo lo referente a nuestra programación cultural, la situación real del estado inmobiliario de los teatros avileños, de los grupos teatrales, de la creación artística en sentido general.

Tomó nota de que, en esta ciudad famosa por sus portales y hospitalidad, los artistas de la vanguardia estamos comprometidos con el Arte y con la Revolución.

Quienes llevamos tiempo en asuntos culturales sabemos que las visitas gratas siempre aportan a la vida orgánica de toda organización, sobre todo, en la esfera motivacional.

Ver y conversar con funcionarios de la máxima dirección del país, con los decisores e individuos de pensamiento, siempre hará que se nos muevan las fibras más sensibles de nuestro imaginario.

Y vendrá a la memoria aquellos momentos ya históricos, en que Fidel Castro visitaba los jardines de la Uneac nacional en compañía de Nicolás Guillén y otros intelectuales.

Eso también hará que pongamos los pies sobre la tierra hasta recontextualizar el papel que la cultura avileña nos tiene preparado. Tal y como nos dijo Polanco. Además de que nos actualizan sobre el panorama económico, político, social, cultural de nuestra nación. Y a algunos, nos dan un sacudión político para acabar de despertarnos.

No significa que los problemas infraestructurales de nuestra sede provincial serán solucionados de golpe. Eso nos toca con gestión casi personal. Tampoco quiere decir que los asuntos más acuciosos de la agenda pública artística se solucionarán como por arte de magia. No. Significa que los que tengan que oír, oirán y tendrán que tomar cartas en los problemas y darle solución a las quejas que no son de tipo personal sino, colectivas.

Problemáticas que han sido recogidas en cada uno de los congresos de la organización y sujetas a actualizaciones en el IX Congreso.

Significa que a nuestra Revolución le interesa los asuntos culturales, la vida del artista y la plena realización de sus obras. Por ello, estos espacios de suma importancia ayudan a hacer catarsis.

Hacemos en la práctica lo que se plantea en el artículo 5 de nuestros Estatutos:

La Uneac se adhiere a los principios de la democracia socialista y en consecuencia defiende el derecho a la información, a la palabra, al ejercicio del criterio, a la libertad de la creación, a la investigación, a la experimentación, a la crítica, al debate y a la polémica.”

Las palabras siempre espaciosas y con un ritmo sugestivo de Polanco exhortando al buen uso de las plataformas de comunicación masiva, de las redes sociales para llevar al mundo la verdad de la cultura cubana, caló en el sentir de los presentes.

Eso consigue un comunicador por excelencia. Y alguien como Rogelio que se especializó en saber usar los verbos Oír y Decir.

Y es que la informatización es vital. En la actualidad ya se vive otro escenario para el confrontamiento político y para el desarrollo de la cultura. Recordemos las muchas actividades culturales que ya se hacen desde lo virtual en Internet debido a la compleja situación epidemiológica.

No hay otra manera de mantener una vida orgánica activa y llevarle al mundo nuestro arte.

Rogelio Polanco hizo hincapié en seguir trabajando así y en la necesidad de que cada artista comprometido con su tiempo y con la cultura tenga acceso a Internet desde su casa o desde la Institución.

También nos habló de la importancia de transmitir valores desde la familia, a nuestros hijos, en la escuela, en las comunidades. Y también, desde la labor artística como creadores y como profesores.

El ejecutivo de la Uneac en Ciego de Ávila sabrá valorar un encuentro como este y sacará provecho para el buen desarrollo de la vida orgánica de esta organización que ya cumplió sus 60 años y está en plena madurez artística.

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