Creado en: marzo 31, 2023 a las 11:06 am.

Santi, la voz y el torbellino

Foto: Yander Zamora

(Por Guille Vilar)

Confieso que me siento profundamente consternado cuando sé de quienes para alabar el actual desempeño de jóvenes atletas, no quieren saber nada de la gloria alcanzada por otros en tiempos pasados. Tanto en el deporte como en el arte, al igual que en cualquiera de las otras disciplinas desplegadas por el ser humano, doblar el cuello de vez en cuando y mirar hacia atrás, constituye un hábito saludable para corregir adecuadamente nuestro rumbo profesional.

Por eso, al conmemorar un nuevo aniversario del natalicio de Santiago Feliú, no podemos menos que presentarlo como un trovador de la estirpe de aquellos que portan sus venas al descubierto, debido a la urgente necesidad del sentir por los demás. Semejante cualidad es la que contribuyó a convertirlo en una leyenda viva, tanto por la inobjetable calidad de sus discos como por las impactantes actuaciones de sus conciertos.

Si de acuerdo con el hecho de que nuestros pensamientos se caracterizan por tener formas y colores determinados, que al ser expresados inciden directamente en los demás, entonces las canciones de Santiago representan el incontenible vuelo de hermosas imágenes que enaltecen las maravillas de la existencia, desde un intenso y emotivo lirismo. En sus mensajes, angustias como la desilusión y la frustración se disuelven al revalidar apasionadamente su empeño en ennoblecer nuestras realidades.

Por si fuera poco, haber podido llegar a verlo en la interpretación de sus canciones, convierte a sus conciertos en una experiencia inolvidable. En tales circunstancias, este hacedor de emotivos torbellinos del alma, nos introducía en una dimensión que extraviaba nuestros sentidos.

Solo bajo el esplendor de un aura de tanta autenticidad, al ser impactados simultáneamente por la sinceridad del canto, lo sublime de los versos y la pasión extraída a las cuerdas de su guitarra, es que hemos sido capaces de aprehender la esencia del artista consagrado que hay en Santiago Feliú. No obstante, quizás para el lector que no estuviese al tanto del quehacer de esta figura paradigmática de la cancionística cubana contemporánea, pudiera parecerle que hemos abordado en sentido general, todo el desempeño profesional del Santi.

Sin embargo, quienes lo seguíamos, conocíamos de su memorable capacidad de deleitarnos durante horas, con sus versiones lo mismo de canciones de Joan Manuel Serrat que de Silvio Rodríguez, al igual que sucedía con las de John Lennon, Sindo Garay o Los Brincos, sin el menor problema para apropiarse de estas, porque era consciente de que, si no sabías de dónde venía, le era imposible conocer hacia dónde iba.

Para concluir, cito la oportuna reflexión de un colega en torno a la posibilidad de que el arte, más que entretener, debe de estremecer, tal y como sucede específicamente en este caso, con el emblemático legado de Santiago Feliú.

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