Creado en: febrero 19, 2023 a las 10:18 am.
Un ballet universal, estreno latinoamericano en La Habana
La fille mal gardée es uno de los ballets más antiguos y conocidos en el mundo. Pertenece al género de ballet pantomímico que se originó en el período neoclásico. Su autor es el coreógrafo Jean Dauverbal, quien lo estrenó en los albores de la Revolución Francesa, el 1º de julio de 1789, en Burdeos. La música original fue un popurrí de canciones y aires franceses; para versiones posteriores compusieron Louis Ferdinand Hérold y Peter Ludwig Herter. En 1791, un alumno italiano de Dauverbal, Salvatore Viganó, lo estrenó en Venecia y el mismo año, en Londres, Jean Pierre Aumer. En el mundo hispánico, la primicia se la debemos a Lauchelin Duquesny, quien lo llevó a escena en el madrileño teatro de los Caños del Peral, en 1793.
El argumento es típico de la época:
Lise o Lisette, única hija de la viuda Simone, propietaria de una próspera hacienda, está enamorada del joven agricultor Colin, pero su madre tiene otros planes. Aparece un rico propietario de un viñedo, con su tonto hijo Alain. Madame Simone y el ricachón planean el matrimonio de sus hijos, pero Lisette se burla de Alain con sus amigas. Todos pasan un día de fiesta en el campo junto a los segadores que han finalizado la cosecha, pero son interrumpidos por una fuerte tormenta. De vuelta en casa, Simone ordena a Lisette prepararse para el matrimonio con Alain, pero ella le demuestra que sueña con Colin. Finamente la viuda Simone acepta el amor de su hija y todos celebran con gran alegría.
El triunfo final de la pareja subvierte las costumbres sociales de la época. Los dirigentes de la Revolución Francesa y el pueblo lo aplaudieron, porque es una historia con personajes que pertenecen al común del conglomerado de la nación; no hay dioses, reyes ni representantes de la aristocracia.
El 14 de febrero de 1816 se estrena en el Principal de La Habana La hija mal guardada -así anunciada-. El reparto: Lisette: Manuela García Gamborino; Colin: Luisa Ayra; Alain: Joaquín González y Mme. Simone: Juan López Estremera.
Aventuro que Estremera podría haber traído las partituras y el guión de la versión de Duquesny que probablemente apreció en el Príncipe de Madrid en 1808. También puede inferirse que el peninsular Joaquín González haya disfrutado de la misma. No es desafortunado pensar que este ballet haya sido dirigido por Juan Bautista Francisqui, quien está de nuevo en Cuba desde julio de 1815, vinculado a compañías circenses. Pero coincido con el criterio de mi respetado colega, Francisco Rey, quizás el más profundo investigador de la evolución de la danza en nuestro período colonial, quien me ha asegurado que el autor de esta versión es Joaquín González.
No volvió a subir a escena hasta 1820, significativamente en un beneficio de Joaquín González, para el que el versátil artista anuncia: “….nuevo baile pastoril titulado La fille mal gardée, que en nada desmentirá a su autor el señor Pautret, así por las gracias de su acción, como por lo bien escogido de la música, reuniendo además la circunstancia de presentarse en él la Sra. Pautret en un nuevo carácter de delicada ejecución. El señor Pautret ha querido complacerme, ejecutando el difícil papel de Vieja, y la Sra. Manolita García Gamborino el de primer bailarín y ambas deleitarán al público en sus respectivos personajes por las gracias de que está adornada su pantomima. Yo ofrezco por mi parte llenar en cuanto alcance el papel jocoso que me ha cabido, y con los esfuerzos del resto de la compañía espero que los espectadores quedarán satisfechos”.
Ahora Lisette es interpretada por María Rubio de Pautret y Manolita García Gamborino interpreta a Colin. González había encarnado en 1816 al insulso Alain, en esta versión bajo la responsabilidad del propio Pautret. El cómico papel de la vieja Simone que hace esta noche González estuvo a cargo entonces de Juan López Estremera.
El trabajo de Andrés Pautret sobre este famoso ballet –que en este siglo XXI es todavía objeto de nuevas interpretaciones y uno de los más representados por el Ballet Nacional de Cuba y otras grandes compañías del mundo-, no puedo precisar si se basó en la coreografía original de Dauverbal o alguna de las versiones de Duquesny o Lefevbre, creaciones que habían sido vistas en París y en Madrid en las dos últimas décadas del siglo XVIII. Este programa se va a repetir el miércoles 20 de diciembre.
Pautret volverá a la carga en 1821; el 29 de agosto en el Teatro de Extramuros:”…baile pantomímico en dos actos: La hija mal guardada y novio despedido En el que se presentará la Sra. Manuela García Gamborino a ejecutar el primer bailarín en los mismos términos que en la temporada anterior lo verificó en el Teatro Principal, donde fue tan alabada de este público; el señor Pautret desempeñará el difícil carácter de Vieja.
No se informa sobre quién baila Lisette, seguramente porque lo ha estado haciendo desde el reestreno de 1820 María Rubio Pautret; tampoco sobre Alain –el pretendiente tonto y petimetre- que desde el 6 de mayo lo ha interpretado José Brosa. Considero de importancia informar que Pautret, con su esposa María, la Manolita y el conocido de los cubanos Antonio del Águila, estrena La fille… en México en 1826.
Aún el 19 de junio de 1823 los habaneros presencian otra versión: “Debuta el bailarín Antonio Medina, quien estuvo contratado como solista en la principal compañía mexicana en varias temporadas entre 1808 y 1820; allí llegó a alcanzar la categoría de Maestro. Se presenta al público habanero en el conocido ballet La hija mal guardada.
Hasta donde se ha podido investigar, La Habana es la primera ciudad de América Latina que disfruta esta famosa pieza. Lo que resulta verdaderamente importante es que el ballet va cobrando cada vez más presencia en la elaboración de los programas del teatro habanero, con creaciones que por su calidad tendrán en el futuro un lugar especialísimo en la historia del arte danzario cubano.
