Creado en: mayo 20, 2022 a las 01:58 pm.

El día que Cuba cambió de dueño (+Podcast)

Juan Eduardo Bernal Echemendía, presidente de la filial espirituana de la Sociedad Cultural José Martí

El 20 de mayo de 1902 Cuba cambió de dueño. La enseña nacional ondeó en el viejo Palacio de los Capitanes Generales de La Habana y, bajo el manto de los intereses de Estados Unidos, se instauró una República. Para el intelectual espirituano Juan Eduardo Bernal Echemendía, este fue «un hecho inevitable».

«Hay personas que tratan el asunto de una manera exclusivamente ofensiva, pero a la República, y a los hombres de la República, hay que analizarlos en su contexto histórico», expresó el presidente de la filial espirituana de la Sociedad Cultural José Martí (SCJM). «Esta obedecía a los patrones que, en otros lugares, definían y distinguían a la República. Hubo asuntos muy claros que estuvieron por encima de otras Repúblicas que se habían instaurado», añadió.  

El destacado investigador yayabero considera que «la presencia de los Estados Unidos y la genuflexión de no pocos gobernantes de la etapa de 1902 a 1958, lastimaron aquel propósito inicial que, desde la época mambisa, se gestaba y constituía- sin duda- una aspiración de lo mejor y de los mejores cubanos; pero negar que fuera una República, es un error», dijo.

«No puede dejarse de contar la presencia rebelde de la mayoría de los cubanos, que respondieron ante ese hecho de penetración norteamericana y consiguieron el establecimiento más adelante de una República Socialista», aseveró Bernal Echemendía en diálogo con el sitio digital de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

«Esta República se sacudía de algunas de las máculas que, durante muchísimo tiempo, arrastró la etapa colonial y dio paso a una República Socialista con constituciones establecidas, definidas claramente y que, durante la etapa de la Revolución Socialista, fueron heredadas, asumidas, y reconocidas como aportes del pensamiento y de lo mejor de la actitud de los hombres que, desde la izquierda, refirieron y potenciaron un capítulo nuevo para la historia de la Isla».

¿Cuáles fueron las expresiones de inconformidad de los cubanos de izquierda más significativas?

Surgieron asociaciones, organizaciones que manifestaron su inconformidad y trabajaron hacia la organización de una nueva sociedad, no solo desde la inconformidad, sino desde la reacción completamente voluntaria establecida y organizada de la vanguardia cubana.

Algunos lo hicieron desde el punto de vista político, otros desde el cultural, orientado también al cambio y a la reacción política, porque la política era un destino, y poco a poco, se dieron pasos que establecieron determinaciones de grupos sociales y políticos que, inconformes, crearon una serie de condiciones a favor de que muchas de las cosas que existían pudieran ser cambiadas de una manera radical en un tiempo breve.  

¿Qué organizaciones, asociaciones o instituciones surgidas en la época usted distingue como expresión de inconformidad?

Por ejemplo, la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), que no existía y que era también una necesidad. Se creó el Partido Comunista de Cuba (PCC). También surgió la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), organizaciones que fueron nucleando, potenciando y favoreciendo, no solo la necesidad, sino también la fuerza de grupos sociales políticos en Cuba.

A mí me llama, también, la atención que las instituciones de instrucción y de recreo que, en algún momento sirvieron para segregar y dividir, también desde el punto de vista de la división, no dejaron de fortalecer el principio de identidad de cada una de esas instituciones.

No puede dejarse a un lado la capacidad que tuvieron, desde las diferentes constituciones, el fortalecimiento del sistema de enseñanza, algo que se veía como inevitable para conseguir que el cubano de entonces tuviera, no solo una visión clara de su presente, sino que también fuera un sujeto activo y transformador para el futuro.

¿Qué influencia tuvo el pensamiento martiano en este período?

José Martí fue no solo una presencia. Fue una esencia durante todos los años de principios de la República. Muchas de las situaciones que eran llamadas a colación lo eran desde esa perspectiva de su pensamiento. Incluso fue un hombre teóricamente menos conocido en Cuba, porque el pensamiento antimperialista, algo por lo que se proyectaban los cubanos de esa etapa republicana, era más conocido fuera de la isla.

Ganó reconocimiento en los Estados Unidos y en los países latinoamericanos hacia donde se proyectó el Apóstol con su periodismo, actuación permanente e inquietud. Muchos de los cubanos que participaron de la preparación de la gesta conocieron al Héroe Nacional, lo leyeron y lo difundieron. Por lo tanto, la presencia de José Martí no fue una casualidad, fue una esencialidad de la extensión del pensamiento, de tal manera que, cuando la escuela cubana pretende una fortaleza lo hace a partir de José Martí, desde su pensamiento, y también, elevando eso que en muchos momentos no se conocía y era su antimperialismo.

Ese pensamiento martiano que se reveló ante cualquier tipo de actitud anexionista, fortaleció las exigencias y necesidades del pueblo cubano, una idea que sigue vigente a 120 años de aquella República que nació encadenada al vecino del norte.

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