Creado en: agosto 20, 2021 a las 09:26 am.

Homenaje a Nicolás Guillén en el centro de la UNEAC (+Video)

El ensayista y etnólogo Miguel Barnet durante sus palabras por los 30 años de creada la Fundación Nicolás Guillén./ Foto de la autora.

El homenaje sincero al poeta nacional, Nicolás Guillén (1902-1989), distinguió en gran parte la jornada de celebraciones este jueves por el Aniversario 60 de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), donde se destacó su figura no solo como presidente fundador de la organización, sino también por los 70 años de escrita su Elegía a Jesús Menéndez y las tres décadas de creada la Fundación con su nombre.

En acto cultural para recordar las fechas, presidido por el Ministro de Cultura Alpidio Alonso, el Presidente de Casa de las Américas, Abel Prieto Jiménez y el de la UNEAC, Luis Morlote Rivas, se afirmó que la materialización de la Fundación Nicolás Guillén devino verdadero acto de justicia, a la obra del más completo y universal de los poetas cubanos del siglo XX.

Así lo afirmó en sus palabras centrales el ensayista y etnólogo Miguel Barnet, presidente de honor de la emblemática organización, subrayando además que fue Guillén, quien penetró en los misterios de la isla y puso los ritmos cubanos a sonar en las letras.

«(…) Con sus Motivos de Son, cantera de su materia prima, reveló zonas oscuras de nuestro ser social. Su aporte profundo a la africanía colocó las esencias del espíritu en su cenit (…)».

Lo recalcó Barnet como poeta popular, con sus sones y elegías, logrando que el alma de la Patria respirara con el sístole diástole del mundo.

«(…) No tuvo que esperar a que ningún decreto lo nombrara poeta nacional, fue el pueblo quien le otorgó ese don para situarlo en el registro de los clásicos, en el ámbito de la eternidad (…)».

Nicolás Hernández Guillén, al frente de la Fundación que lleva el nombre de su abuelo./ Foto de la autora.

Durante el acto intervino igualmente Nicolás Hernández Guillén, nieto del orgánico intelectual y al frente de la Fundación, quien agradeció el apoyo de grandes artistas y escritores cubanos para el logro de lo alcanzado en tres décadas de trabajo, como César López, Luis Carbonell, Harold Gramatges, Pablo Armando Fernández y Nancy Morejón.

«(…) Ellos asumieron el introducirnos en el quehacer cultural, iluminaron nuestra ignorancia -quiero decir la mía-, desbozaron muchas veces el camino y nos ampararon bajo la indiscutible autoridad que tenían y tienen en la cultura nacional (…)».

Dra. en Ciencias Filológicas, Denia García Ronda, Directora de Estudios de la Fundación Nicolás Guillén./ Foto de la autora.

Como momento final, se habló de la Elegía guilleniana a Jesús Menéndez, escrita hace 70 años, y calificada por la Dra. en Ciencias Filológicas, Denia García Ronda, de novedosa y técnicamente impactante dentro de la poesía de habla hispana.

«(…)Tres años tardó Guillén en construirla porque necesitaba que recogiera no solo la personalidad y trascendencia del líder, no solo la denuncia a sus asesinos, sino el propio dolor de su amigo el cantor, y ello en una forma literaria digna de esos propósitos (…)».

Para la también Directora de Estudios de la Fundación Nicolás Guillén, «(…) pocas veces la poesía ha transmitido esas múltiples esencias en tan puro lenguaje lírico, pocas veces la cruda realidad ha transitado por caminos de tan grande aliento poético, pocas veces lo épico y lo lírico, la experimentación y lo clásico, lo popular y lo culto, se han hermanado de tal suerte, como también se han hermanado para siempre el gran líder y el gran poeta (…)».

Momento cultural en homenaje a Guillén. /Foto de la autora.

Quienes participaron del homenaje, palparon el sentimiento sincero del escritor a su amigo, a través de una hermosa interpretación del canto número 5 de la Elegía, a cargo del actor Jorge Enrique Caballero y el maestro Rey Montesinos.

                (…)

                  Ay, mi amigo,               

            he andado siempre contigo:                     

            tú ya sabes quién tiró,                    

            Jesús, que no he sido yo.              

            En tu pulmón enterrado                 

            alguien un plomo dejó,                   

            pero no fue este soldado,              

            pero no fue este soldado,              

            Jesús,                       

            ¡por Jesús que no fui yo!               

            Pasó una paloma herida,              

            volando cerca de mí;                      

            rojo le brillaba el pico,                    

            que yo la vi.

(…)

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