Creado en: febrero 9, 2021 a las 06:06 pm.
Saludando el Aniversario 60 de la Uneac
En estos tiempos de reposo forzoso, por un virus que daña a la humanidad en su conjunto, es inevitable que nuestra mente busque en sus recuerdos los mejores momentos vividos. En esa búsqueda necesaria recuerdo al mejor premio que he recibido y ese fue la entrada como miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
Después de haber realizado cinco exposiciones personales y haber recibido un premio en el primer concurso Laa Edad de Oro, por mi libro El Serranito, le escribí directamente a nuestro Poeta Nacional, Nicolás Guillén (1902-1989), presidente de nuestra organización, solicitando mi entrada a la Uneac.
Con los ojos del recuerdo me veo subiendo la escalera de la casona de 17 y H para la citada entrevista, entrando en su despacho para pasar unos momentos inolvidables en su compañía, dándome la bienvenida a la organización.
Allí, después de oírlo, puedo decir que comenzó la mayor responsabilidad que conlleva ser un intelectual cubano: «expresar con su obra la realidad de este archipiélago y sus luchas».
A partir de mi entrada en la Uneac, he viajado por el mundo representando a Cuba con mis cuarenta exposiciones personales de Cerámica, Pintura, Esculto-Cerámica y presentando mis libros de cuentos y novelas, tanto para niños como para adultos.
Asumí desde aquella inolvidable reunión, llevar colocada una coraza honrosa como es la de ser una intelectual cubana y aunque han pasado muchos años desde mi ingreso a la Uneac, sigo trabajando para representar a mi país, en el lugar que me encuentre.
Comprometida con las ideas sociales de nuestra Isla, atravesada en medio del mar Caribe que la baña; emergiendo de ese azul único en el mundo, aquí donde está mi tibio nido hecho con las raíces libertarias más queridas.