Creado en: noviembre 14, 2022 a las 09:52 am.

Cienfuegos: un asidero de cofradías de las artes visuales

Juan David, uno de los fundadores del Grupo Ariel

Por Jorge Luis Urra Maqueira 

Cienfuegos es uno de los emporios más aportadores en términos de agrupaciones artísticas dentro de las expresiones visuales en la Isla. Este atributo es legatario del propio desarrollo cultural de la región y la urgencia de nuestros creadores de sobre existir a través de los grupos y la afinidad de conductas colectivas, si bien no siempre las regularidades proyectivas han sido las mismas, como no sea que sus miembros acepten la esencia de un programa y la propia sociedad su existencia lícita o nominativa. En el caso sureño, grosso modo, las agrupaciones regularizan la diversidad de imaginarios y experiencias; pocas veces les motiva la conexión entre los miembros en una dimensión estilística o topicular. Solo los más persistentes logran alguna cohesión sobre el estrío de sus plataformas y superobjetivos filo-económicos y artísticos. Asimismo, casi todos los miembros son titulados de las academias locales o nacionales. Tampoco se caracterizan por una larga duración en el tiempo. Apenasel Grupo David del Humor, Punto, Tarea al sur y Mutantes, entre los más significativos,lograronsuperar la década.

Samuel Feijóo, alter ego del Grupo de Cienfuegos.

Las evidencias difícilmente pueden ser acotadas en el espacio que ofrece este semanario, pero nos parece vital la mención de algunos de estos grupos, teniendo en cuenta el impacto y la novedad de sus emprendimientos. El primero de ellos fue el Grupo Ariel, fundado en 1933, que tenía en su militancia al caricaturista Juan David Posada y destacó por su erario político e intelectual; lamentablemente acosado y disuelto por la dictadura machadista. Seguido, hacia 1952, asoma el Grupo de Cienfuegos, que al igual que Ariel aunaba a pintores y escritores, al modo de Samuel Feijóo, Aldo Menéndez y Alcides Iznaga, gestores de la revista Signo. Este asidero colectivo de proyectos privativos, partía de la promoción del arte nuevo, una conciencia política revolucionaria y la búsqueda de “hombres de fe creadora”.

El 12 junio de 1986, al calor de la recién fundada Galería de Reproducciones de Arte Universal de Cienfuegos, nace el Grupo David del Humor, en un intento de revitalizar uno de los géneros más antiquísimos y de logradas expresiones en las artes visuales de la región desde el siglo XIX, al tiempo que rendir homenaje a nuestro caricaturista mayor, Juan David. Entre sus más destacados cultores aparecen Douglas Nelson (Chispa), Gabriel Ramos (Gaby), Eduardo Torres (Suki), Diego del Junco, Mario Zamora, entre otros. En agosto de 1987 se conforma el grupo Galápagos, cometido por seis jóvenes de las artes visuales y el teatro titulados en la Escuela Nacional de Arte y afiliados a la Asociación Hermanos Saiz. Su propósito era “formar un nuevo gusto estético en la población” fuera de los circuitos institucionales, a través de la puesta de obras teatrales, recitales de poemas y exposiciones plásticas. En el equipo participaron Marta Reinoso, Camilo Venegas, Johana Ramírez, Desiderio Borroto, Jorge Luis Miranda y Ricardo Hernández.

Douglas Nelson y Eduardo Torres, dos de los fundadores del Grupo David del Humor.

En la década de los noventa acontece un boom de agrupaciones que en su totalidadpersistenpor mucho tiempo,todas aparecidas entre 1995 y 1999, al estilo del Grupo Punto, el más expansivo de todos, por el rigor de sus puestas curatoriales y el impacto de sus proyectos, concebidos por artistas formados en academias nacionales o autodidactas, como William Pérez, Santiago Hermes (que en la década siguiente consuma el proyecto Trazos libres), Adrián Rumbaut, Alain Moreira, Pável Jiménez, Juan Carlos Echeverría, Yalili de la Caridad Mora, Daniel Rivero y el historiador del arte Oriol Guillén. Desde un principio los ánimos de Punto estuvieron dirigidos a la “constitución de un espacio complacientemente descentrado” y distante en lo posible del sistema de relaciones institucionales, en la búsqueda de un arte que “descodifique” el “status perimetral en el que se mantiene casi toda la creación artística del interior del país” —dice Guillen, su teórico de marras. Asimismo, se crea Mutantes en 1997, compuesto por artistas-ambientadores (Juan García Cruz, Arcadio Tomás Capote, Alberto Sánchez Lago, Osmany Caro…); Tarea al sur nace en 1998, cofradía de los creadores del arte naif de la región (Julián Espinosa “Wayacón”, Arnaldo García, José García Montebravo, José Basulto Caballero, Roberto Gil Esteban, Cenia Gutiérrez, etc.) y la Sociedad Gráfica de Cienfuegos igual aparece ese año, consumada con los principales grabadores de la ciudad (Rafael Cáceres Valladares, Néstor Vega Negrón, Elías Federico Acosta y otros muchos); uno de los más longevos y diligentes.

En la década siguiente emergen proyectos fugace scomo: Huellas, erigido en enero de 2002, formado por escultores, pintores, fotógrafos, artesanos y arqueólogos, cuya voluntad era concebir textos visuales que recreasen las leyendas cienfuegueras. Al colectivo tributan: Gabriela Díaz, Gertrudis y Alberto Arano, Andrés Cruces, Julio Ugalde, Juan Miguel Vives, Volodia Mesa, Mario Javier Pérez, Belkis Preciado, Santiago García y el realizador Ulises Varela; Expresiones, fundado el 3 de junio de 2005 por cinco jóvenes estudiantes del tercer año de la Academia de Artes Plásticas de Cienfuegos, con la misiva de “promocionar y proyectar la universalidad de las artes plásticas a partir de una tarea colectiva”, respetando siempre la visión privativa de sus integrantes: Frank Sarría, Ermys Hernández, Alejandro Fajardo, Carlos A. Santana y Juan Fernández. Hacia 2010 emerge el grupo Cañaveral, integrado por autodidactas, graduados de las escuelas de diseño y artes visuales. Esta diversidad de estilos y poéticas, afrontada por generaciones plurales que afirman cometer en sus prácticas una suerte de “indagación inductiva” y son fieles a cierto discurso crítico sobre la realidad inmediata, matiza la intensidad y colorido de la agrupación. Es cierto que la cohesión estilística escasea, especialmente por los aditamentos técnicos y expresivos; empero, los arrastra la conformación de un relato cuestionador que se auxilia de las marcas universales y la propia historia del arte. Entre los más destacados hacedores figuran Luis Manuel Rivero (Tercer Premio del Salón Mateo Torriente de la Uneac, 2022) y Daniel Hernández.

Miembros del Grupo Punto, reencuentro 20 años después.

En 2016 un colectivo de estudiantes de la Academia de Artes Plásticas de Cienfuegos (Escuela de Arte Benny Moré) conforman el grupo Carpe Diem, que se apertrechó en la vanguardia, como un acto de demostración del peso conceptualista y técnico de sus fabulaciones, acaso endulzado por sus recientes salidas de la academia y la idea de experimentar, sobre todo en los bojeos instalacionistas, el grabado y la pintura. La nómina del proyecto, que debuta con la muestra Umbral, incluye a Yanelis B. Díaz Hernández (Tita), Alejandro Díaz Molas (Premio del Salón Mateo Torriente de la Uneac, 2017), Adrián y Alejandro Díaz Molas, y Adrián Díaz Díaz.

El inventario pudiera ser más anchuroso; ha dejado fuera a otras agrupaciones de interesante hacer, al estilo de Kauthalle, Triada, Potaje gráfico, G 90, Vía directa, Arbor, etc., todo lo cual constata el rico legado de las artes visuales sureñas y los muchos proyectos aportados por cada etapa histórica al reservorio local. Justo sería que las nuevas generaciones de investigadores se acercaran a estas cofradías que signan el pulso de nuestra identidad.

Elías Acosta, Néstor Vega (debajo-centro) y Rafael Cáceres, pilares de la Sociedad Gráfica de Cienfuegos.

(Tomado de Diario 5 de septiembre)

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