Creado en: mayo 4, 2021 a las 08:19 am.

Compay Segundo habla del Rey del Son oriental (I)

Miguel Matamoros nace en el 1894 y Compay Segundo en 1907, trece años después. Ambos pertenecen a la saga de trovadores de dulce abolengo de Santiago de Cuba y trabajaron juntos por el renacer del Son. Para conocer de primera mano la vida artística de Miguel Matamoros publicamos esta entrevista inédita, dedicada al Día del Son, este 8 de mayo, cumpleaños 115 del Rey del Son de Santiago de Cuba.

¿Compay, cómo usted conoce a Miguel Matamoros?

En 1916, cuando Matamoros tenía 22 años, voy con mi familia a residir de mi natal Siboney a Santiago de Cuba. En esa etapa Miguelito había dejado la escuela porque su familia era muy pobre y tuvo que hacer todo tipo de trabajos. Lo colocan en un aserrío, en una fábrica de mosaico, todo por veinte centavos. Pero, poco a poco comienza a aprender a tocar la guitarra empíricamente. Solamente aprende el tono de la mayor. Hace un dúo con un tal Trino Martinelli.

En esa etapa ponía postes de teléfono y telégrafos entre Santiago y Alto Cedro. Por el Cristo, le cogió una sublevación y los tiros le llegaban por todas partes. Bueno, hasta que trabaja como chofer particular. Es un tal Fico Fernández quien lo lleva a sus francachelas a tocarle a gente de dinero que por el Caney llevaban muchas mujeres para lo suyo hasta que saliera el sol. Es en ese viaje en el que lo invitan de casualidad a una juerga en el Havana Yacht Club y no le hicieron ni caso.

¿Pero, en Santiago de Cuba, quienes eran los que hacían trova con Matamoros?

Juan Limonta, Pablito Ariñán y algunos que otros. Yo me lo topé algunas veces cantando en cualquier lado. En 1924 me entero que ya va a La Habana a tocar con un su Trío Oriental, con Miguel Bisbé y Alfonso del Río; aunque a La Habana Alfonso del Río es sustituido por Rafael Cueto que tocaba muy bien la guitarra. Estuvieron en la capital tocando en el cine-teatro Actualidades, frente al edificio Bacardí. Y también tocaron en el Centro Asturiano. No llegaron a grabar y Matamoros vino muy deprimido.

¿Y cuándo organiza el trío?

En su cumpleaños de 1925, él ya tenía 31 años, y es ahí, junto a Rafael Cueto y Siro Rodríguez que comienza a hacer historia. Este, que yo sepa, es el primer trío que se hace en Cuba y en todo el Caribe. Tenía destinado el éxito, porque era un genio de las composiciones. Todo lo que tocaba lo convertía en oro. Ya tú sabes: Lágrimas negras, Juramento, El que siembra su maíz, Mamá son de la loma, Alegre conga, La mujer de Antonio, Olvido, Mariposita de primavera, un fenómeno.

¿Cuándo graba su primer disco?

Un empresario de la Víctor visita Santiago de Cuba, para conseguir competidores para enfrentarlos a la disquera Columbia. Seleccionan a Matamoros con su trío, aquello parecía como un milagro y, los milagros parecen que existen. Le propusieron, primero ir a La Habana. Miguel que estaba escachado le dijo: “Pa´donde sea”. Los demás compañeros Siro y Cueto se burlaron de lo que pensaban que era una broma. Pero cuando vieron los pasajes para La Habana y, después para Nueva York, a grabar discos y casi se desmayan del susto. El trío todavía no tenía nombre y, es allá donde el empresario les sugiere ponerle El Trío Matamoros.

¿Y qué pasó después de esas grabaciones?

Nada, regresaron y la vida siguió igual. Pero, al poco tiempo, en 1928 ya los discos llegan a Santiago de Cuba con el nombre de Trío Matamoros y la gente pensaba que se trataba de un trío mexicano. El disco sencillo tenía por una cara Olvido y por otra El que siembra su maíz. Ese gran escritor Félix B. Caignet (ese de la novela El derecho de nacer) es quien se encarga de difundir la noticia, él era administrador del teatro Cuba. A partir de entonces, Los Matamoros ya tenían un nombre, habían visitado y grabado en Nueva York, donde no iba cualquiera. Los Matamoros despegan y llegan al infinito.

¿Y qué pasó en Santiago de Cuba con la llegada de ese disco maravilloso?

Fíjate que era chofer de un personaje quien le dijo que un artista como él no tenía que manejarle a nadie y que se dedicara a su música. Que se fuera con la música a otra parte, que él era una personalidad. Entonces ya encuentran contrato para todas partes: Lo contratan en La Habana para el teatro Campoamor, un lugar de mucho caché. Lo contratan para México, es ahí, donde más adelante siguen la creación del formato de trío. Acuérdate del trío Los Panchos. Viajan a Santo Domingo en 1930 y allá los coge un ciclón.

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Para el próximo capítulo el cronista adelanta que hablará de la emigración de Matamoros para La Habana, en 1934, e invita a que no se lo pierda.

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