Creado en: marzo 6, 2023 a las 10:15 am.

Eduardo Saborit: creador de símbolos

Foto: Alberto Korda

En mi generación muy pocos podrán decir que jamás cantaron en algún matutino de la escuela Cuba qué linda es Cuba, o que, al menos, acompañaron el tema con las palmas. La canción, y especialmente ese verso, es un símbolo de cubanía e identidad, prácticamente un himno. Junto a una obra de tal envergadura resalta la figura del autor: Eduardo Saborit.

Recordarlo en la fecha del aniversario 60 de su inesperado fallecimiento es obligatorio y necesario. Aquel 5 de marzo de 1963, cuando un infarto le quitó la vida con solo 51 años, Cuba perdía a uno de los compositores que más ha impactado en la sonoridad de la nación, y cuyas frases y estribillos se han quedado para siempre en el argot popular.

Piezas como Conozca a Cuba primero y al extranjero después; Ven, niña, ven; El guarapo y la melcocha; La Guayabera; El platanal de Bartolo o Tócalo con limón, las infantiles Mi escuelita y Niñito cubano o el emblemático Himno de la Alfabetización tienen un sitio especial en la memoria afectiva de todos los cubanos que han crecido escuchando y cantando esas canciones.

Cualquier homenaje a Saborit se queda corto, pues habría que rectificar décadas en las que hemos cantado su música sin darle el reconocimiento y el agradecimiento que merece su memoria. Desde lo personal, podemos recordar su nombre en los días claros y sin nubes, esos en los que miramos hacia arriba y le damos la razón: no hay un cielo tan azul como este cielo.

(Tomado de Granma)

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