Creado en: enero 28, 2022 a las 08:00 am.

El apóstol imanta con la trova (+Podcast)

Cartel del evento / Cortesía del entrevistado

Tres Tazas es una forma curiosa de llamar a una peña de trova. Lo primero que despierta el nombre es sed y después apetito. Se piensa en una mesa bohemia, con café ardiendo y un olor que lo invade todo.

El origen del proyecto no está lejos de esta escena. Su fundador, Silvio Alejandro Rodríguez, cuenta que la iniciativa nació en 2008, conversando precisamente con unos amigos. El autor de Tragaluz, Tanto remar y Tu canción sintió la necesidad de crear un espacio cultural, donde los trovadores y las trovadoras pudieran mostrar su trabajo.

«El nombre hace una relectura de esa frase popular que dice: Al que no quiere caldo se le dan tres tazas, pues al que no quiere trova… Se trata de la tozudez ética del artista que quiere atrapar la belleza y transmitirla a los demás», comentó el músico de formación autodidacta.

El menú de la peña no incluye brebajes calientes, prefiere las dosis de poesía cantada. El plato fuerte es la guitarra, con sus cuerdas vibrando al compás de dos manos. La locación ha cambiado del lobby del cine La Rampa al Pabellón Cuba y este 28 de enero se realizará en el Edificio de Arte Cubano del Museo Nacional de Bellas Artes. El encuentro de este viernes será en homenaje al 169 natalicio de José Martí y al 50 aniversario del Movimiento de la Nueva Trova. Animarán el espacio 25 artistas entre los que se encuentran Augusto Blanca, Marta Campos, Heidi Igualada, Diego Cano, Karel García, Fidel Díaz, el Dúo Iris, Annie Garcés, entre otros.

Silvio Alejandro Rodríguez imaginó la peña Tres Tazas como un espacio cultural para los trovadores cubanos / Foto tomada del perfil de Facebook del artista

Para usted la trova fue un acto de valentía, más que de petulancia. ¿Por qué?

En algún momento hubo que tener mucho valor para ponerse detrás de una guitarra a querer cambiar el mundo o uno mismo. Creo que, convirtiéndote en un artista, corres el riesgo de ser petulante. No ha sido mi caso y, por suerte, tampoco el de la trova cubana, que ha tenido muchos cultores y humildad, siempre apegada a las mejores causas.

La trova cubana ha sido sobre todo de pueblo, aunque es un género de minorías posee una raíz en la gente. Como trovador tengo un vínculo directo con las historias de las personas. Y sí, hay que ser demasiado valiente para ser trovador, sobre todo cuando existen tantos otros caminos para alcanzar la felicidad y la trova puede que sea uno de los más largos.

¿Cómo describiría al Movimiento de la Nueva Trova en la actualidad?

La trova, como el país, está en un proceso de trasformación, no se reinventará toda, pero está captando lo que pasa, es un espejo de la sociedad, como todo arte. Esta sigue seduciendo a mucha gente por ese carácter íntimo, de voz propia, que puede convertirse en la voz de cualquiera. A través de esas canciones uno puede encontrar sus propios sentimientos.

Este mundo posee algo hermoso, hay una relación de amistad entre muchos trovadores y trovadoras y eso genera un tejido humano muy difícil de subvertir o hacerlo desaparecer. La música tiene un poder infinito en el alma de todos los seres humanos. La trova está enraizada en la cultura cubana y absolutamente viva, intentando parecerse cada vez más al pasado, desbrozar los enredos del presente y decodificar cómo será el futuro.

¿En tiempos de crisis pandémicas, económicas y espirituales nos puede salvar una canción?

Siempre, una canción es una medicina para el alma, puede cambiarte el PH de un día X en el que las cosas no hayan salido bien. Las canciones son como libros que no podemos tocar, pero nos muestran caminos y emociones. Una canción puede evitar un naufragio. A la trova cubana hay que cuidarla mucho, protegerla, promoverla, hacer llegar a las nuevas generaciones la obra inmensa de nuestros músicos.

Para el músico de formación autodidacta ser trovador requiere mucha valentía / Foto tomada del perfil de Facebook del artista

¿Cuánta trova habrá en la peña este 2022?

Los retos siguen siendo muchos, reinventarnos y ser un espacio más en el mapa de la trova cubana. El mayor reto es el de existir, seguir articulándonos de alguna manera en lugares físicos o las redes, encontrar vida nuevamente, ahora que se está acercando, quizás, la era postpandémica. Ha crecido ese río, el material con el que hacemos Tres Tazas, los trovadores y las trovadoras cubanas tienen canciones nuevas y aprovecharon la oportunidad de rehacer y retocar su obra.

La presentación de este 28 de enero, en el Museo Nacional de Bellas Artes, es un homenaje al apóstol. ¿Cuánto de José Martí hay en el Movimiento de la Nueva Trova cubana?

El hecho de que 25 trovadores dediquemos este concierto a José Martí no es un mero capricho o una moda, sino una forma de retribuir lo mucho que ha hecho el apóstol por la trova cubana. El pensamiento del Héroe Nacional ha sido una escuela para nosotros. Martí es una esencia de Cuba, contenida también en la obra de sus músicos, además, el apóstol estuvo de alguna manera en el momento fundacional de la Nueva Trova, que ahora está celebrando sus 50 años. Hubo grandes y hermosos discos con la obra martiana, hechos por Pablo Milanés, Sara González, Amaury Pérez, todo eso se convirtió en un acervo del que aprendimos, directa e indirectamente, los trovadores y las trovadoras que vinimos luego.

Si tuviera que promover el espacio de este viernes usted mismo. ¿Qué diría?      

Este 28 de enero, a las 5 pm, en el Patio del Museo Nacional de Bellas Artes, hay un concierto extraordinario que va a tener como hilo conductor la poesía martiana, en la voz de nuestra queridísima actriz Corina Mestre. Podrán escuchar algunas de las musicalizaciones de los trovadores y las trovadoras con la obra del apóstol. Martí nos imanta a todos y nos pone frente a su talento infinito, eso es lo que se va a respirar allí.

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