Creado en: mayo 12, 2022 a las 03:52 pm.

La cubanía de Marcelo Pogolotti

Paisaje cubano, 1933, Marcelo Pogolotti / Tomado del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba

Las preocupaciones sociales definieron la obra de Marcelo Pogolotti. El intelectual enfocó su vida en interpretar la época mediante el lenguaje pictórico, la literatura y la crítica artística cultural.

Por el 120 aniversario de su natalicio, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba le rindió homenaje a través de una muestra personal de fotografías, textos críticos y correspondencia, bajo la curaduría de Lesbia Vent Dumois, presidenta de la Asociación de Artistas Plásticos de la organización.

La muestra en la sala Villena atesora valiosas memorias de Mercelo Pogolotti / Foto de Taymi Medina Hernández

A través de las ponencias de tres estudiosos de su obra: Israel Castellanos, Roberto Cobas y Helmo Hernández, se repasó la trayectoria de uno de los grandes renovadores de la pintura y el pensamiento cubano.

«Esa primera vanguardia sigue siendo como el archipiélago sobre el cual se levanta nuestra nación, intelectuales que aprendieron a pensar mejor su país. Dentro de ese archipiélago, Marcelo es una Isla muy importante», aseguró el ensayista Helmo Hernández

El investigador resaltó la trascendencia de la geometría analítica en el universo creativo del autor de Paisaje Cubano, El intelectual, El Alba y La Zafra. Una de sus obsesiones fue el marxismo y transformar la realidad a través de él.

El periodista Israel Castellanos, de la revista Revolución y Cultura, relató  cómo Marcelo Pogolotti puso a un lado sus privilegios para convertirse en un artista ateo, de izquierda y con inquietudes acerca de la lucha de clases, la racialidad, la ideología y el humanismo.

Los panelistas abordaron diferentes etapas de la vida artística de Marcelo Pogolotti / Foto de Taymi Medina Hernández

Por su parte, el crítico y curador Roberto Cobas, anunció la exposición que se realizará próximamente en el Memorial José Martí, dedicada al escritor de Puntos en el espacio,  Del barrio y las voces, El Caserón del Cerro y Detrás del Muro.

Como comentó el especialista, la obra pictórica de Marcelo está influenciada por sus raíces anglosajonas y el movimiento engendrado durante la Primera Guerra Mundial. Su tránsito por la corrientes abstraccionistas, surrealistas y futuristas lo hicieron interesarse por el poder expresivo de las formas y reflejar la dureza de su realidad.

El alba, 1937, Marcelo Pogolotti / Tomado del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba

Al encuentro asistieron Luis Morlote Rivas, presidente de la UNEAC, el viceministro de Cultura Fernando Rojas, el presidente de la Asociación Hermanos Saíz, Rafael González Muñoz, la presidenta del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, Norma Rodríguez Derivet y el vicepresidente de Casa de Las Américas, Jaime Gómez Triana.

Su hija, la intelectual cubana Graziella Pogolotti, resaltó el abordaje de la mujer en su obra y la manera de romper con sus circunstancias. Aunque una parte de la intelectualidad cuestionó su manera de representar a la mayor de las Antillas, la gestora cultural destacó la lealtad de su padre por este país. La cubanía de Marcelo no radica en una mirada costumbrista sino en la capacidad de descifrar las esencias de esta Isla y hacerla universal.

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