Creado en: junio 6, 2023 a las 09:00 am.

Los del 63 en el Sábado del libro. Una lectura de poesía para recordar

Tres de junio. Con la incertidumbre de una mañana lluviosa que al final mostró un sol esplendente, la Plaza de Armas fue llenándose poco a poco, desde las primeras horas, de transeúntes, saltimbanquis, sillas pasando de un lugar a otro, una mesa con libros, cámaras… A las once asistiríamos a la celebración del Sábado del libro dedicado a un grupo de poetas nacidos en 1963: Caridad Atencio, Ricardo Alberto Pérez, Carlos Augusto Alfonso, Antonio Armenteros, Alpidio Alfonso Grau, Jesús Lozada Guevara y Rigoberto Rodríguez Entenza.

No fue otro Sábado del libro más. Fue un encuentro especialmente conducido con magistral equilibrio entre la presentación de Francisco López Sacha, también escritor, y la lectura de los poemas de cada uno de los invitados, suceso que, al final de la jornada, dejó a todos los presentes alucinados por el derroche de buena literatura.

Aprovechando los lugares de nacimiento de los invitados asistentes, López Sacha realizó un breve resumen de los contextos iniciales y los aportes esenciales de cada uno de los reunidos. De acuerdo con los lugares de nacimiento, de este a oeste de la geografía nacional, fueron interviniendo los poetas:  Lozada Guevara (Camagüey), Entenza y Alonso (Sancti Spíritus), Armenteros, Alfonso y Atencio (La Habana).

En cada presentación se destacó lo más relevante del quehacer de los reunidos; sus vínculos y contribuciones en distintos campos de la cultura cubana más allá de aquellos prodigados a las creaciones poéticas de los convocados a homenaje desde que en la década del ochenta del siglo XX comenzaron a ser publicados sus primeros textos y con ellos se produjera la aparición de ciertos códigos expresivos que empezaban a marcar una diferencia con respecto a la poesía escrita en Cuba en aquellos momentos.

López Sacha sobresalió por la natural combinación de sus sólidos conocimientos sobre la cultura literaria de nuestro país para destacar los rasgos característicos y los valores absolutamente ricos en su diversidad de cada uno de los presentes, así como por el carisma de sus intervenciones. En los momentos más esperados, los de las lecturas individuales, los poetas también brillaron por la demostración de sus poéticas, por la manifestación de sus recuerdos más preciados, la gratitud por los que guiaron sus primeros pasos, por sus lectores, por la felicidad de compartir con el público presente el amor por la poesía. Sin dudas, este Sábado del libro fue todo un suceso de amor, de amor compartido entre lectores y amigos, que no teníamos apuro porque terminara, extasiados con el deleite de tanto buen decir. Como diría Lezama, una fiesta innombrable.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *