Creado en: septiembre 24, 2021 a las 08:56 am.

Pupy Pedroso: Recuento de vida o como apagar las velas este día en paz

Este año no habrá rumbón como de costumbre. Carmen, la esposa, tendrá un día menos agitado; el grupo de invitados fundamentales serán los nietos y algunos contados amigos. Eso sí; los teléfonos no pararán de sonar durante todo el día y posiblemente hasta entrada la noche.

Como ya es costumbre, el homenajeado, encenderá las velas a los que siempre están presentes en su vida. El viejo Nene, su abuelo y sus tíos, el hijo que siempre tiene presente y a los que hoy la pandemia nos ha arrebatado. Puede que se siente frente al piano en su amplia butaca de piel negra. Disfrutará de ese momento de soledad y beberá despacio su largo trago de ron.

Son setenta y cinco años. Ha llovido mucha música y mucha vida. Ha habido sueños realizados y otros pospuestos. También hay espacio para los nuevos. A partir de mañana comienza una nueva etapa de la vida.

Es día de la virgen de Las Mercedes. De ella tomaron su segundo nombre. Nació ese día en el mismo momento que su padre estaba frente al piano haciendo un baile para poder mantener a la familia. Era 1946.

El mismo año en que el Benny se fue para México con el conjunto de Miguel Matamoros como cantante. Fue el año, también, en que Dámaso Pérez Prado entro como pianista titular de la orquesta Casino de la playa. Año en que Chano Pozo junto al trompetista norteamericano Dizzie Gillespie se aventuraron y dieron forma a lo que después sería conocido como el afrocuban jazz; y también en el New York de ese mismo momento Mario Bauzá organizaba su primera orquesta e inauguraba salones de bailes para la comunidad latina, sobre todo el Paladium Ball Room, y el cantante Miguelito Valdés comenzaba su meteórica carrera allí mismo; por esas coincidencias de la vida otro cantante cubano, Antonio Machín, que estaba allí ponía de moda nuevamente el manisero.

En Cuba, comenzaba a tejerse la historia y la leyenda del filin y Ernesto Lecuona escribía para voz de Esther Borja su Damisela encantadora. Y estaban los conjuntos de son, donde el viejo Nene Pedroso comenzaba a imponer su estilo.

Tendrá tiempo para pensar en aquella infancia transcurrida entre el barrio de la Timba y el de Pogolotti. De las influencias que le dejaron para el futuro. De aquellas personas que en aquel lugar le mostraron un mundo que está presente en parte de su música. El golpe de los tambores abakua cuando había plantes en “la isla del polvo”; del primer temor que le inspirarían los “diablitos” (o íremes); del empolvar sus manos con cascarillas a pedido de la abuela antes de salir de la casa para ir a la escuela o al conservatorio.

De la bodega de Manolo donde en una victrola escuchaba con interés a la Sensación, la orquesta donde tocaba el viejo y después al pasar los años su hermano Víctor ha pasado a dirigir. De saberse al dedillo los temas de la Aragón y admirar fervientemente a su pianista José Palma.

Tendrá un minuto para no dejar pasar la tarde en que el viejo le presentó a Rubén González y a Lily Martínez Griñán. Se preguntará como estará aquella esquina donde estaba Radio Marianao, el sitio en que Revé le propuso ser parte de su orquesta cuando apenas tenía veinte años y que dirigió musicalmente hasta que llegó Formelito con su guitarra bajo.

Formell y la aventura de hacer una orquesta nueva. De desarrollar un estilo de hacer el piano sonero muy personal. Fueron cuarenta años de la vida, de alegrías y de poner a bailar a la gente probando temas y contando historias.

Me llamo Cesar de las Mercedes Pedroso Hernández. Soy pianista y hombre de son. He tenido la suerte de poder ofrecerles mi música y hacerles un espacio en mi vida. No podía ser un año más memorable para nacer este de 1946.

A los que me están pensando esta tarde de septiembre mil gracias y salud.

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