Creado en: julio 23, 2021 a las 10:33 am.

La necesaria paz, amor y tolerancia

Por Froilán González García

En nuestra casa  radica la cátedra antimperialista y la Galería 14 de junio en homenaje al Mayor General Antonio Maceo y al Comandante Ernesto Che Guevara en el barrio Cayo Hueso del municipio de Centro Habana. Es visitada por personas insospechadas, todos merecen una presentación lo que no es posible en este mensaje.

Nos referiremos a la del Sacerdote italiano Nicola Giandoménico, jefe del Convento de la Basílica de San Francisco de Asís, quien llegó con un ramo de rosas. Al querer bendecirnos, respetuosamente dijimos no éramos creyentes. Respondió: “Ustedes creen en lo que hacen, creen en el amor, la amistad, la tolerancia y el respeto a los demás. Y creen en la Paz”.

Le explicamos que esa actitud era necesaria para Cuba y la Revolución y es reflejo del respeto a los demás, que en 1986 recibimos la Medalla por el Año Internacional de la Paz. Dijo que cuando viajáramos a Italia no dejáramos de visitarlo para personalmente mostrarnos la Basílica.

Al salir se habían aglomerado muchas personas ante la novedad del  Prelado y su comitiva. Alguien le pidió que lo bendijera y dijo: “Primero esta casa”, y al pedirnos permiso le dijimos no solo a ella, sino al barrio de Cayo Hueso, al municipio de Centro Habana, a la capital de todos los cubanos y a toda Cuba y le solicitamos que orara contra el bloqueo norteamericano y los malos espíritus que desean exterminar al pueblo cubano. Y bien alto dijo: “Lo haré. Lo haré”.

En el 2006 invitado a un evento internacional en la ciudad italiana de Perugia, a 30 kilómetros de la Basílica de San Francisco de Asís, fuimos a visitarlo, estaba muy enfermo, internado en el hospital, donde nos recibió. Nos acompañaba nuestro hijo Leandro y Serena Bertolucci, de la Sociedad de Amistad Cuba Umbría que sirvió de traductora.

Fue un gran encuentro, rememoró su visita a Cuba, que dejó huellas inolvidables, la catalogó como lo más extraordinario en su vida, que oraba contra el bloqueo y la felicidad del pueblo cubano.

Serena explicó que era un luchador contra la secuela de la Guerra Fría, la ocupación de Israel en Palestina, la Guerra en Iraq, la defensa de los derechos de los pobres, la defensa del Medio Ambiente. 

Le contamos que su visita y bendiciones conllevó que varias religiosos pidieran permiso para bendecir  nuestra casa, no teníamos ningún elemento para oponernos, de modo que vinieron entre otros: santeros, espiritistas, abakúa y paleros.

El Sacerdote había fundado la  “Tavola della Pace”, una coordinadora de distintas asociaciones comprometidas con la Paz, la Solidaridad y los Derechos Humanos, abogaba por la necesidad de un diálogo respetuoso de Estados Unidos con nuestro país. Afirmó que trataba de ser un humilde servidor del ideal de la Paz. “Una manera de ser, pensar, vivir y relacionarse entre personas, pueblos y naciones”. Le pidió a un Sacerdote mostrarnos la Basílica.

Como norma hemos respetamos todas las religiones como parte de la cultura de nuestro pueblo diverso, en una ocasión  nos invitaron a la siembra de una ceiba y un ritual religioso de las culturas africanas, en el parque Quintín Bandera, estuvimos junto a ellos, también agradecemos cuando en las calles algunos dicen: “Que Dios los bendiga. Ayer los vi en la televisión y oré para que nadie les haga daño…”, o cuando confiesan que en la misa del domingo pidieron por nuestra salud o desean Aché para la familia.

El domingo 18 de julio conversamos con varios vecinos en el parque Quintín Bandera, que comentaban que algunos cubanos residentes en Miami están poseídos de los espíritus del mal e influyen negativamente en sus familiares y amigos y los contagian con ese maligno virus, del odio, la  ira, el rencor, los resentimientos y frustraciones y que hay que ayudarlos urgentemente con un corredor de amor, que les proporcione paz, tranquilidad, sosiego, tolerancia, que los aleje de los terroristas, fanáticos, violentos, impulsivos, de los seguidores de Donald Trump y sus 243 medidas contra el pueblo cubano.

Hay que rogar y pedir que se acerquen con amor a sus familiares y amigos y se alejen de los que se oponen a que los cubanos puedan viajar libremente y de manera directa a todos los aeropuertos de Cuba, a enviar remesas y medicinas a sus ancianos abuelos y padres, regalos a sus hermanos o hijos.

Manifestaban que conocían a señoras ancianas que sus hijos emigraron a Estados Unidos y recibían puntualmente remesas para pagar los alimentos, la luz eléctrica, el agua, el gas, teléfono, a una persona para la limpieza de la casa. Ahora carecen de recursos financieros y sobreviven gracias a los trabajadores sociales del Gobierno cubano y la solidaridad de sus vecinos.

Sugerían organizar una Brujería para los que odian y envían mensajes ofensivos convocando a sabotajes, asaltos, destrucción, dar candela, lanzar piedras, atacar a instalaciones hospitalarias, hasta las dedicadas al cuidado de los niños con Covid-19.

Manifestaban que había que preparar una Gran Brujería para que encuentren el camino del amor, con el Palo Mayombe, cocos secos, sales de sapos, carapachos de jicoteas, cenizas de caracoles gigantes africanos, 7 de Bahía Honda que son los más potentes, sangre de toro, hojas de anamú, mejorana, albahaca, gallinas prietas, chivos y tener listas las estatuillas de madera, las piedras para las Orichas y un recipiente de barro para Changó para cuando  la Deidá apruebe la Brujería llevarla a cabo.

Nos pedían ayuda para cuando termine la Pandemia del nuevo Coronavirus,  sembrar la ceiba de La Paz y armar una ceremonia con las comparsas “Los Componedores de Bateas”, “Los Guaracheros de Regla” y “Los tambores de Bejucal”.

Señalaban la importancia de invitar al cantante Cándido Fabré y la orquesta de los Van Van, la conga santiaguera y juntos pedir amor para esas almas extraviadas donde el odio y la frustración se ha apoderado de ellas y lograr que los cantos se escuchen en todas partes donde viven y les recuerden a los genocidas de la Casa Blanca y la Mafia de Miami que llevan más de 60 años tratando de exterminar al pueblo cubano sin logarlo, y con los tambores agradecer al  pueblo cubano por mantener la unidad, solidaridad, tranquilidad ciudadana, alegría, armonía y paz.

Con los tambores decirles bien alto al gobierno de Estados Unidos, que no queremos injerencia extranjera, ni bloqueo genocida, ni campañas mediáticas, ni invasiones, ni bombardeos, ni intervención militar, porque nunca podrán conquistar ni apoderase de Cuba.

Recordarles que esta tierra está bendecida por los Papa y los Orichas y los cubanos están dispuestos a defenderla hasta las últimas consecuencias, cuentan con hijos preparados para la defensa y que el llamado de Patria o Muerte es legítimo e irrenunciable. Que en Cuba vive el amor y la alegría y no permitiremos que los asesinen. Por eso siempre el pueblo amoroso de Cuba vencerá.

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