Creado en: mayo 12, 2020 a las 07:31 am.
Alfredo O´Farrill Pacheco: un hombre lleno de experiencias
El Premio Nacional de Danza 2024 confiesa que su vocación de pedagogo comenzó con Santiago Alfonso, quien con su forma de hacer y de enseñar, le sembró el bichito de educar.
Isabel Bustos, manías para reinventarse
Por estos días de abril cuando la danza sigue movilizando nuestros modos de asirnos a ella como elegante tabla de salvamento, volver a Isabel Bustos es inaplazable. Ella, nos sigue convocando a seguirla, a que sintamos que, entre cuerpo y acción, solo gravita la disposición natural de volvernos danza.
Lo maravilloso del caudal nuestroamericano
Alejo Carpentier descubrió que la esencia del continente merecía contarse de otras maneras y en ello trabajó. Hoy, disfrutamos todos de ese hermoso legado.
Bladimir González: Un artista secuestrado por sus personajes
El artista güireño tiene en su haber cerca de 500 títulos ilustrados. Sus apreciaciones sobre este arte nos develan un rostro poco divulgado de las artes plásticas en el que abundan la dedicación y el talento.
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Danza folklórica, ¿a quién pertenece ese legado?
La danza ha venido para salvarnos la existencia, para corroborar nuestra pertenencia a un legado heredado de abuelos, leyendas y mitos, como espacio franco de negociación entre oralidad y escritura, entre tradición y contemporaneidad, entre pasado y presente.
Hoy, apunta el profesor y crítico, Noel Bonilla – Chongo, cuando cada día me convenzo más de la excelencia de nuestros artistas y agradezco su trazo permanente y sacrificial en los escenarios más insospechados; “les reclamo volverse re-constructores de eventos, inventores incrédulos, desafiadores de riesgos”.
Quiérase que la danza cubana de hoy, añade, “dialogue con la tradición, desde la claridad de que los tiempos han cambiado y, aun así, siga siendo su cuerpo el sitio privilegiado para el giro desenfrenado, para el salto inatrapable, para la percusión invocadora”.
El Gran Jardín de Lissette Solórzano
Una bitácora sobre investigaciones e historias personales deviene la exposición de la destacada fotógrafa y artista de la plástica, remitiendo a experiencias desoladoras y ofreciendo a la vez caminos y senderos que superan la angustia existencial, mediante una analogía entre el viaje interior y personal y el exterior y colectivo.
Con El Gran Jardín, la artista cambia sus recursos discursivos y la construcción conceptual de su fotografía, sin abandonar su estilo de relatar con imágenes ni el mecanismo crítico que acompaña su obra. Nos regala así una muestra conformada por 10 piezas, las cuales forman parte de un proyecto en pleno desarrollo, cuya conexión temática se basa en recuerdos de la artista relacionados con la Covid-19 y la emigración.