Creado en: mayo 25, 2022 a las 10:16 am.

La promoción literaria: Antes y después de la Feria Internacional del Libro

Foto de Alfons Morales / Tomada de Umplash

Un acontecimiento cultural vuelve a ser la Feria Internacional del Libro de La Habana en su XXX oportunidad para lectores, escritores, bibliotecarios y libreros. Aunque se haya producido algún que otro inconviniente, debe reconocerse como una victoria en medio de las circunstancias adversas que sufre el país. El evento incluye nuevos títulos y autores, mayor presencia del libro digital y una significativa participación de públicos, a pesar de los problemas del transporte y las carencias de todo tipo.

Pero ¿qué ocurre con la promoción  literaria antes y después de tan significativo esfuerzo del país? ¿Se divulga en todo el territorio nacional sobre las obra y autores que podrán encontrar? ¿Los asistentes tienen idea de las propuestas literarias? ¿Se llama la atención sobre lo más valioso? Un vistazo a las plataformas comunicacionales de la radio, la TV, incluso en las redes sociales, demuestra que la promoción literaria está por debajo de otras expresiones artísticas.

En cualquier revista cultural, radial o televisiva es constante referirse a una nueva canción, un nuevo disco, un nuevo video clip y hay muchos espacios dedicados a la música, el cine, la danza, las artes visuales, pero pocos anuncian, visibilizan, proponen un título disponible en librerías, un autor multipremiado o una escitora que gana relevancia en cualquier parte de la nación.

Es cierto que el Instituto Cubano del Libro propicia en su sede y sus filiales presentaciones de volúmenes a los que suelen acudir los lectores, pero frente a la competencia de espectáculos y las seducciones de internet, el libro y sus autores necesitan un mayor protagonismo que propicie que muchos acudan a la gran Feria, tentados por cuentos para los niños, novelas policiacas, obras científicas o históricas de las que escucharon hablar en los medios de comunicación.

No se trata de espacios literarios, peñas, talleres, coloquios que proliferan, auspiciados por la Asociación Hermanos Saiz, la UNEAC y los centros provinciales del libro a los cuales hace referencia el Noticiero Cultural, sino de una labor  divulgativa y sistemática que permita conocer la diversidad de escritores, tendencias temáticas, estilísticas, de géneros, que ayude a mostrar el estado de la literatura cubana y , por supuesto, incluya valoraciones,comentarios, críticas más allá de las publicaciones especializadas, con públicos ya conquistados por la literatura.

Lo mejor de todo es que no hay que emplear nuevos presupuestos en ese empeño. Se trata de establecer alianzas con esos amplios espacios de difusión, de probada audiencia, como Juventud 2000 en Radio Progreso, por citar un ejemplo,- pero todas las emisoras cuentan con ellos-, o programas televisivos como 23 y M, Al mediodia en TV y De tarde en casa.

Los 400 nuevos títulos en la XXX Feria Internacional del Libro, ofrecen mucho para hablar de literatura y no dejarlo sólo a Claustrofobias, que realizan un magnífico trabajo promocional desde su plataforma digital, ni Para leer mañana, con su eficaz labor enfocada en hacer el retrato de la obra de un autor, ni al colega Fernando Rodriguez Sosa, que en Escriba y lea ha sostenido con seriedad su comentario de libros, como también lo hace en la radio.

La promoción del libro, los autores, la literarura debe anteceder a la Feria y luego continuarla, no sólo respecto a las novedades feriales, sino a obras valiosas que quedan de otros años y no han tenido quizás la visibilidad que merecían. Intensificar las vías promocionales es también una campaña a favor de la lectura, que es en definitiva la intención suprema de ese gran esfuerzo económico, financiero y cultural  que es la Feria Internacional del Libro en Cuba.

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