Creado en: enero 9, 2024 a las 12:54 pm.
Emilia Morales sobre el bolero: hay que aprender de su estilo e historia
En sus cuatro décadas de vida artístico-profesional, la vocalista Emilia Morales Palmero cree fervientemente en el género declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. «Porque han surgido grandes compositores e intérpretes se ha extendido por el mundo entero», nos dice, de ahí la necesidad de cultivarlo y cantarlo siempre. «Tenemos que seguir trabajando en él y mantener espacios que lo legitimen», expresó también desde el Sábado de Bolero en la UNEAC, al compartir escenario recientemente con jóvenes y consagradas intérpretes como Anairis Blanco, Evelyn Safora, Adria Granda y Mariela Santana.
Graduada de la Escuela Nacional de Arte (ENA) y de la Facultad de Música de la capitalina Universidad de las Artes (ISA), Emilia Morales ha ejercido la docencia artística en los niveles medio y superior, y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba se honra con su membresía, desde la Asociación de Música, no solo por la valía de sus interpretaciones sino además por el especial ser humano que es.
Su fecunda trayectoria artística inicia en la región central del país y continúa en la Ciudad de las Columnas, con éxito indiscutible de público y de crítica. ¿Cuáles fueron los inicios de una vocación hacia el fascinante campo del universo sonoro, y concretamente, hacia la interpretación vocal, en la que usted es una de las artistas más representativas?
Vengo de una familia muy musical, que —aunque no eran profesionales—tenían un septeto tradicional Los Palmeros, en el poblado de Pueblo Nuevo, en la provincia de Santi Spíritus. Ahí me nutrí con toda esa música: boleros, sones, guarachas. Mi madre cantaba muy lindo junto a una prima. Después como Sancti Spíritus es la ciudad de los tríos, en mi casa se reunían los fines de semana para cantar. Yo vivía frente al Director del trío Pensamiento. Todo eso motivó que me presentara a unas pruebas de música que hicieron en el pueblo cuando yo tenía 9 años, las aprobé y comencé a entrar en ese mundo sonoro lleno de tanta belleza que es la música y el canto. En mi pueblo estudié música, y después en Santa Clara, fui integrante de un trío de jovencitas que estudiábamos junto con la gran compositora, directora coral y cantante, Lourdes Caro, quien era nuestra directora.
¿Qué representa para usted haber llegado felizmente a los 40 años de vida artística?
Siempre digo que soy bendecida por Dios. En estas cuatro décadas he tenido la dicha de estar con las grandes figuras de la cancionística cubana, compartir los escenarios con ellas, beber de la fuente, tener grandes maestros, estudiar la licenciatura en Música en la especialidad de Canto, participar en grandes festivales de la canción, Habaneras del Bolero, y 1º y 2º del filin Bohemia Mía, tanto a escala nacional como internacional.
Fui, además, ganadora del Festival de la Canción de la Radio y la Televisión en Hungría, con tres premios; y me honra el hecho de acompañar a prestigiosas agrupaciones en más de 45 giras internacionales, entre ellas la Orquesta Aragón, La Charanga de Oro, La Orquesta Jorrín y El Proyecto Leyendas; asícomo a eminentes cantantes del ámbito nacional y foráneo.
Han sido muchas las emociones vividas y también el sacrificio para mantenerme viva en mi carrera de cuatro décadas, por lo que agradezco asimismo a directores artísticos, de la televisión, de teatro, diseñadores, maquillistas, directores de las diferentes emisoras radiales y todos los que ayudan a difundir mi arte por los medios de comunicación.
¿Qué influencia reconoce en su formación académica y humana haber sido discípula del Dr. José Orlando Suárez Tajonera (1928-2008), Premio Nacional de Enseñanza Artística 2007 y profesor emérito de la capitalina Universidad de las Artes (ISA) hasta su lamentable deceso?
Para mí, el Maestro (con mayúscula) José Orlando Suárez Tajonera fue un hombre de luz, vino a la tierra a entregar, a enseñar, a darnos su sabiduría acerca de la esencia del hombre, la ética y la estética. Siempre lo tengo presente, porque fue un hombre de conocimiento, entrega y amor infinito.
¿Anécdotas y vivencias que ha experimentado en su carrera…?
Vivencias positivas que han marcado mi vida en el arte han sido muchas, pero tengo dos en especial. Una fue mi concierto de graduación, donde salí la alumna más integral de la Facultad de Música y el hecho de haber ganado los tres premios de la canción en el Festival de Hungría.
¿Cuáles son sus proyectos inmediatos en el campo de la interpretación vocal?
Sobre mis proyectos le puedo decir que estoy todos los domingos en el Salón de la Fama, de 8:00 a 10:00 p.m. en descargas bolerísticas con mis invitados, también desde la UNEAC en un espacio tan especial como el dedicado al Bolero, sigo desempeñando funciones docente-educativas como profesora y sintiendo la satisfacción de que mis discípulos tengan una carrera internacional y hayan sido ganadores de festivales nacionales y foráneos, así como desarrollando mis talleres de canto e interpretación en Cuba y otros países como España, México y Colombia.
Mi inspiración y fuerza es seguir cantando y transmitiéndole al público todo mi amor a través de la canción, y concretamente, del bolero.