Creado en: noviembre 23, 2021 a las 10:09 am.

Feliz cumpleaños, Nelson Simón

Nelson Simón


La vida no es un sueño… dice el afamado escritor Nelson Simón que hoy – 23 de noviembre – está de cumpleaños. Su poema “El peso de la isla” (1993) continúa diciendo que la vida es más la pesadilla de ir haciendo los días poco a poco (…) lanzándolos como inútiles piedras hacia el fondo abismal de un viejo pozo al que tenemos miedo de mirar, de asomarnos y no encontrar lo que esperamos.
Pero para él, actual presidente de la UNEAC en su natal provincia de Pinar del Río, la vida ha sido un reto, una batalla constante y una demostración de que, con talento y constancia, se pueden esperar buenos frutos. Al cabo de los años, se ha convertido en uno de los poetas contemporáneos con una de las obras más sólidas en el país y uno de los escritores más importantes de literatura para niños y jóvenes.


La poesía lo atrapó desde la adolescencia y lo sustrajo de alguna otra carrera que quiso estudiar, se libró de estereotipos desde muy temprano y empezó a desarrollar una obra que ha sido irreverente ante los esquemas y dogmas que le ha intentado imponer la sociedad. Entre sus obras de poesía más destacadas se encuentran “La Ciudad de nadie” (1992), “Con la misma levedad de un náufrago” (1994) y “De la mala memoria y el verano” (2008).


Ha confesado que, desde pequeño – en Consolación del Sur, donde nació –, los libros siempre fueron su refugio. Desde entonces se tomó en serio la literatura… y de qué manera. “Solo se puede hablar con un niño desde el respeto y el conocimiento profundo de lo humano”, ha dicho, y por eso la literatura infantil y juvenil ha sido su trinchera, pues le ha permitido conocer mejor a las personas.


Cuando recibió el Premio “La Rosa Blanca” en 2020, que otorga la sección de literatura para niños y jóvenes de la Asociación de Escritores de la UNEAC, lo agradeció con ansias y no por vanidad, sino por el respeto y amor hacia este género y sus escritores. Vale la pena recordar que ese premio se le otorga al escritor una vez, como reconocimiento por la trayectoria y los aportes que ha hecho desde su obra.
Ha publicado varios libros y sus textos han aparecido en diversas antologías y revistas de literatura cubana e hispanoamericana. Su obra ha sido traducida al inglés, francés e italiano y en 2002 le fue otorgada la Distinción por la Cultura Nacional. Ha sido guionista de programas dramatizados infantiles, editor de la revista Cauce y director de esa casa editorial.


Numerosos han sido los premios que ha recibido, entre ellos el Premio de la Crítica en varias ocasiones: en 2002 por el poemario “A la sombra de los muchachos en flor”, en 2004 por el libro de cuentos para niños “Brujas, hechizos y otros disparates” y en 2010 por su libro de cuentos “As de corazones”.


Aunque ha vivido temporalmente en el exterior, ha regresado siempre a Pinar del Río por propia voluntad – por su preciada libertad de decidir – donde ha dicho que se mantiene unido a sus grandes pasiones. Muchos conocen de su amor por la cerámica y las orquídeas, de cuyos ejemplares ha producido en su propio entorno una amplia y hermosa variedad.
Su literatura es atrevida y disfruta del riesgo, de las temáticas osadas, a las que se enfrenta sin tapujos, con el placer de intentar la transgresión. Sin embargo, su esencia es del amor, de transmitir la necesidad de priorizar lo sentimental y, aunque no tema mostrar la realidad desde ángulos menos perfectos, niños y adultos pueden encontrar en sus textos un espacio para entender mejor al ser humano… porque, sobre todo, es una obra de fidelidad, en estos tiempos donde todo parece tan efímero y abundan las rupturas.


“Comía un mamey.
Hundía la cuchara
en la pulpa olorosa
de la fruta
y pensaba
en la similitud
entre la carne
del mamey
y la carne
de un hombre.
Asociaciones
involuntarias.
Trampas del inconsciente.
Relación entre dos objetos
distantes
que el deseo vincula
y la cuchara
ahueca.
(…)
Aparto la semilla
y otras hebras amargas.
Escribo. Traduzco
en papel
asociaciones.
De lo que fue la fruta
solo queda
—en mi mano—
como cuenco vacío
la cáscara rugosa,
la cuchara en el aire
mientras pienso
en la similitud
que siempre ha de existir
entre la carne del mamey
y la carne de un hombre.”
Asociaciones (2021)

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