Creado en: mayo 28, 2022 a las 08:01 am.

Trilce: El poemario del riesgo

De izquierda a derecha los escritores Ricardo Alberto Pérez, Rafael Acosta de Arriba y Juan Nicolás Padrón / Foto de Taymi Medina Hernández

«Vallejo lo dirá de manera rotunda: Es hora de la palabra precisa, exacta, puntual». Con esa frase, el poeta peruano Hildebrando Pérez evocó a César Vallejo, y mostró la edición del poemario Trilce, impresa hace cien años en los Talleres Tipográficos de la Penitenciaria de Lima.

La Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) rindió homenaje al autor de Los Heraldos Negros, como parte del Festival Internacional de Poesía de La Habana. Los investigadores cubanos: Ricardo Alberto Pérez, Juan Nicolás Padrón Barquín y Rafael Acosta de Arriba dialogaron sobre el escritor que escuchó el pulso de los pueblos originarios, mezcló el español y el quechua y demostró su rebeldía a través de la sensibilidad latinoamericana.

Desde la mirada del poeta Ricardo Alberto Pérez, Vallejo lega palabras punzantes, eléctricas, contaminadas con la fuerza irrepetible de la humanidad.

«Su propósito era crear un lenguaje poético, más accesible al lector común, acercarse a la comunicación popular bajo un sentido completamente creativo y artístico, como corresponde a los poetas integralmente revolucionarios», expresó el ensayista Juan Nicolás Padrón.

Para el Máster en Filosofía y Lingüística tanto Tierra Baldía de T.S Elliot, como Trilce nacieron en un contexto entreguerras. El primer cuaderno de Vallejo, Los heraldos negros se caracterizó por la complejidad simbólica del ultramodernismo. El segundo, publicado en 1922, sin embargo, fue una de las obras más originales de la vanguardia literaria de la época.

Entre los aspectos de la lírica del peruano, Padrón destaca la combinación de la perspectiva indígena y popular, la ruptura de normas gramaticales con sentido gráfico y musical, la visión del poeta entre las etiquetas de indio, iletrado y rebelde: «Batalló con el idioma y se convirtió en un intérprete de su pueblo».

El Doctor en Ciencias Históricas, Rafael Acosta de Arriba, comentó que en Cuba solo existe un ejemplar de la Edición Príncipe de Trilce, firmada por su autor en Casa de las Américas. Para el crítico de arte, César Vallejo es un lenguaje, creó una forma de decir totalmente nueva, orgánica, con sabor indio. «Es el poeta de una estirpe, una raza, un sentimiento virginalmente expresado», aseveró.

Desde Grecia, el poeta Stelios Karayanis definió el doble sentido de la palabra en Vallejo. Por un lado, el yo lírico comunica sus experiencias a los demás, por otro refleja cómo la realidad se devela al creador.

El presidente de Honor de la UNEAC y Premio Nacional de Literatura, Miguel Barnet, definió al peruano como una revolución dentro de la revolución social cubana de 1959. Grandes figuras de la literatura antillana como José Lezama Lima, Cintio Vitier y Fina García Marruz, admiraban profundamente la poesía de Vallejo.

«Trilce es el poemario del riesgo —aseguró el presidente de la Academia Peruana de la Lengua, Marco Martos —. Ningún otro poeta en lengua castellana se ha sumergido tanto en los meandros del idioma. Vallejo era en 1922 un cabal representante del común de los peruanos. Se formó luego de mucho esfuerzo, sufrió prisión injusta y desengaños de amor como casi todos los hombres»

Al encuentro asistieron la vicepresidenta primera de la UNEAC, Marta Bonet, y el embajador de la República del Perú en Cuba, Gonzalo Flavio Guillén Beker.

En la sala Villena se recordó a uno de los mayores innovadores de la literatura hispana. Su obra Trilce fue un canto a la justicia y un grito al universo.

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