Creado en: noviembre 2, 2020 a las 08:20 am.

Insumisa: la tragedia de Enriqueta Faber

Con la reposición del filmeInsumisa, del maestro Fernando Pérez, Premio Nacional de Cine, re-inició el multicine Infanta sus funciones cinematográficas.

Dicha cinta deviene un NO rotundo al machismo patriarcal, vigente en los siglos XIX, XX y lo que va del XXI, y un SÍ evidente al empoderamiento femenino en la sociedad cubana contemporánea.

Entre otras cosas de puntual interés, habría que destacar —con letras indelebles— los disímiles valores y el empaque estético-artístico que le sirven de sólida apoyatura a la acción dramática diseñada por el Rey Midas de la cinematografía insular y de mucho más allá de nuestras fronteras geográficas, ya que se inspiró en la historia llevada a las tablas —desde hace algunos años— por la agrupación Mefisto Teatro, que dirigiera hasta su lamentable deceso el dramaturgo Tony Díaz (1944-2014).

La acción dramática se traslada, en el tiempo y en el espacio, al siglo XIX (1819), para relatar lo acontecido al supuesto doctor Enrique Faber, un médico suizo que interpreta la actriz Silvie Testud, y que ejerciera en Baracoa, antigua provincia de Oriente. El facultativo europeo contrae nupcias con una sencilla y humilde joven, cuyo papel desempeña la actriz Yeni Soria, y a la que ha curado de la afección letal que la chica padecía.

La trama de esa joya del cine de época, al que Fernando Pérez no renuncia ni renunciará jamás, se desarrolla en la Villa Primada de Cuba, donde —después de varios años de ejercicio profesional del arte-ciencia de curar y de matrimonio no consumado, por razones obvias— se descubre que el doctor Faber no pertenecía al sexo masculino, sino al sexo femenino; en consecuencia, se desata un gran escándalo, que no solo involucra a las autoridades civiles y al clero de la villa baracoense, sino también sacude las bases ultraconservadoras de la sociedad colonial.

En una entrevista realizada a la primerísima actriz Heidy Villegas, quien interpretara a Enriqueta Faber, vieja y enferma en aquella puesta en escena, le refirió a este cronista que Enriqueta Faber podía considerarse —sin duda alguna— «[…] la primera mujer en la historia de Cuba, que —desde una posición feminista por excelencia— se reveló contra el machismo y el patriarcado prevalecientes en la época socio-histórica en que nuestro archipiélago dependía —desde todo punto de vista— de la metrópoli hispana […]».

Las actuaciones de la carismática artista que desempeñara el papel de Enriqueta Faber en Insumisa son dignas del más cálido elogio, ya que domina —con precisión, seguridad y confianza en sí misma— los recursos técnico-expresivos que debe utilizar para otorgarle credibilidad al personaje al cual le presta piel y alma.

Por otra parte, son desgarradoras las escenas en que ella se ve denunciada por la muchacha a quien la doctora Faber salvó de una muerte segura, ya que su «esposa» cedió a las torturas psicológicas de que fuera objeto por parte de los representantes de la todavía vigente programación sociocultural, que no admite la diversidad sexual, y mucho menos que una mujer quiera aparentar ser un hombre o viceversa.

Así las cosas, el dolor que experimentó Faber al verse descubierta y condenada a prisión por el tribunal inquisidor que la juzgara, casi sin tener  derecho a defensa alguna, no solo le laceró el cuerpo, sino también la mente y el espíritu; situaciones que causan un gran impacto emocional en el auditorio, y por ende, lo identifica mucho más —desde la vertiente afectiva— con la maltratada y humillada Enriqueta Faber…, por el solo hecho de ser mujer y querer ejercer la Medicina en un medio social en que ello devenía pecado de lesa humanidad.      

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