Creado en: octubre 5, 2023 a las 01:39 pm.

Murmullos de la historia

Por Emmanuel Tornés

A Fernando Ortiz dedica tres ensayos el libro de Félix Julio Alfonso, uno de ellos dedicado a la trascendencia de Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (1940). /Foto: Archivo de Granma

Situado en los lindes de los estudios históricos de nuestros días, escrito con precisión y amenidad hasta el límite de sus casi 300 páginas, Murmullos de la historia (2023), el libro más reciente de Félix Julio Alfonso, revela lo que parece ser una convicción del importante historiador y ensayista cubano en torno a los estudios de la historia: la mutua alimentación entre esta disciplina y la literatura.

Cuando juntos impartimos varios cursos de posgrado sobre la novela histórica actual de Cuba y América Latina, en el Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana, este se desempeñó con brillantez pedagógica e intelectual en ambas direcciones intelectivas. Los estudiantes disfrutaron mucho sus penetrantes análisis y las revelaciones que sobre una y otra materia les ofreció, sucesos de la realidad y de figuras históricas que parecían surgir de la más pura ficción y a la inversa.

No es de extrañar, entonces, por qué el autor eligió el término «murmullos» para identificar esta obra. El vocablo viene como anillo al dedo, a tenor de sus diferentes significados, algunos de los cuales sintetizan el proceso distintivo de la producción del discurso historiográfico contemporáneo, lo que no equivale a vulgarizar lo histórico; por el contrario, lo enriquece en tanto se acerca con mayor propiedad al hecho estudiado.

En este sentido, no parecen fortuitas las siguientes palabras del prestigioso historiador Manuel Moreno Fraginals (1920-2001): «El mundo no se nos entrega solamente en cifras, en comparaciones bancarias; se nos entrega también en la pintura, en la música, en la poesía, y eso uno tiene que sentirlo para saber cuál es el mundo en que uno está»; una idea, por cierto, patente en los 14 ensayos de Murmullos

Abre el libro con la figura de José Antonio Aponte y la visión de distintos especialistas sobre él y su rebelión, a inicios del siglo XIX, añadida la peculiar mirada a su sicología, tema ampliado con los criterios desarrollados por la novela Una biblia perdida (2010), de Ernesto Peña González.

Un soneto de Manuel Serafín Pichardo dedicado a la Torre Eiffel, y otro de Agustín Acosta acerca de la presencia vasca en Cuba, permiten al investigador descubrir elementos del devenir cultural e histórico en la Isla.

Tres narraciones del escritor Julio Travieso reciben igual número de comentarios, los cuales destacan los contextos históricos visibles o arcanos de las novelas Cuando la noche muera (1983) y Llueve sobre La Habana (2004), o del testimonio Un nuevo día (1984), calificado con razón, por Félix Julio, como «novela sin ficción», ya que algunos de los incidentes de los protagonistas parecen salidos de la más alucinante imaginación.

A Fernando Ortiz dedica tres sustanciales ensayos: su papel en la Revista Bimestre Cubana, los polémicos nexos con el doctor Orestes Ferrara, y la trascendencia de Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (1940), texto de valiosos aportes historiográficos y de belleza discursiva impresionante.

Son también muy valiosos los dos escritos sobre Manuel Moreno Fraginals, relacionados con el oficio del historiador y la literatura colonial. Del mismo modo, resultan esclarecedoras las aproximaciones a la curiosa casa donde nació Eliseo Diego, en la Habana Vieja, y a los avatares sufridos por Ese sol del mundo moral (1975), libro indispensable de Cintio Vitier. De este modo, Murmullos de la historia nos adentra, con la misma pasión del autor, en los diferentes hitos dialógicos de la historia y la cultura nacional.

(Tomado de Granma)

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