Creado en: noviembre 1, 2023 a las 11:34 am.

Palabras que crispan el cielo

«La verdad va saliendo, poco a poco, y en el flameo de los amaneceres, todas las inquietudes me traspasan», escribe Lina./ Foto: Yeilén Delgado Calvo

Por Yeilén Delgado Calvo 

Dicen los diccionarios que una conjetura es el juicio que se forma acerca de algo por indicios u observaciones; pero la conjetura es también una de las técnicas de la crítica textual, que se usa para reconstruir aquellos fragmentos sin sentido o ilegibles de un manuscrito.

Esa tarea no se basa en meras suposiciones cultas, sino en un amplio conocimiento sobre el texto y su contexto. Bien lo sabe Lina de Feria (Santiago de Cuba, 1945), la poeta, ensayista y dramaturga, Premio Nacional de Literatura, pues en los años 70 del siglo pasado se graduó de Filología.

Sería ingenuo entonces suponer gratuito el título de La conjetura crítica (Ediciones Extramuros, 2015), donde se recopilan alrededor de 20 trabajos suyos sobre libros y autores.

Son textos sencillos, que se leen con la misma levedad de un vaso de agua, a la temperatura justa, cuando hay sed. Pero detrás de esa falta de complejidad está lo que no se ve y eleva: una urdimbre de conocimientos, de interconexiones, de horas de lectura, que le permiten a la autora sistematizar y comunicar.

Como se afirma en la contraportada, en este libro Lina «encara la tradición y la modernidad según el concepto martiano de la crítica impresionista: la extensión del campo asociativo hace que las zonas de claridad tropiecen, sin transición, contra las oscuras.

«Así, desdice las encorsetadas fórmulas académicas para entregarnos un discurso libre y culto, donde emplaza a un grupo de poetas desde un espacio conjetural, y al que no duda en someter su propia voz poética».

Nombres como Gertrudis Gómez de Avellaneda, Julián del Casal, Alberto Marrero, José Luis Fariñas, Leyla Leyva, Beatriz Maggi, Delfín Prats, Serafina Núñez… aparecen en estas páginas, a veces con un tono ensayístico; otras, desde todo el esplendor de la reseña literaria, o con énfasis de vindicación.

Tres textos atrapan sobremanera: Biblia y literatura: conexiones, Mis contrastes en los noventa, e Introito a la poesía; este último texto cierra el libro y representa un acto brutal de honestidad creativa de Lina de Feria.

Poco más hay que hacer que subrayar sus líneas y cerrar el libro con gratitud por haberlo leído:

«En el instante de crear, Dios carece de piedad para nosotros, y más bien, la tortura viene por la impostergable necesidad de proyectar núcleos de palabras coherentes que crispen al propio cielo (…).

«Quiero captar la belleza, pero en penumbras me consumo como una vela. La dosis de impiedad conmigo misma me cercena la respiración».

(Tomado de Granma)

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