Creado en: diciembre 12, 2022 a las 10:10 am.

Visita cineasta boliviano el centrohabanero museo guevariano

El eminente cineasta boliviano Jorge Sanjinés, presidente de la fundación UKAMACAU, y uno de los mejores realizadores de América Latina, y de todo el universo cinematográfico internacional, visitó el museo guevariano, radicado en el hogar de los escritores e investigadores Adys Cupull y Froilán González.

El distinguido intelectual suramericano, de 87 años de edad, asistió a la edición 43 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, que tuvo lugar en la urbe capitalina, del 1 al 11 de diciembre, y donde presentó el filme Soldados viejos, con guión y dirección propios; dicho largometraje fue proyectado —en tres ocasiones— en el cine de 23 y 12 (Cinemateca de Cuba), a solicitud expresa del público y de la prensa acreditada.

Jorge Sanjinés fue condecorado con la Orden «José Martí», que otorga el Consejo de Estado de la República de Cuba; distinción que le fuera entregada por el Comandante Fidel Castro Ruz (1926-2016), quien le dio las gracias por su producción intelectual y espiritual en el campo del audiovisual latinoamericano, en defensa de los indios; etnia marginada y oprimida por los gobiernos supeditados a los dictados del imperio estadounidense.

Este martes, el ilustre cineasta boliviano será homenajeado en la sala «Villena» de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

Luego de las palabras de presentación a cargo de los también historiadores y periodistas Adys Cupull y Froilán González, anfitriones de ese fraternal encuentro con el prestigioso cineasta, en el centrohabanero museo guevariano, Sanjinés expresó su profunda admiración y respeto por la mayor isla de las Antillas y por la Revolución que rige los destinos de la ínsula caribeña desde hace más de seis décadas.

«Yo quiero mucho a Cuba, ya que mi filme Yawar Malicu [denuncia fílmica del genocidio llevado a cabo por el imperialismo norteamericano a través de la esterilización de las mujeres quechua y aymara]pudo ser llevado a la pantalla grande gracias a la ayuda incondicional prestada por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), presidido en aquella época por el Dr. Alfredo Guevara Valdés [1925-2013], a quien conocí —junto a otros cineastas cubanos de primera línea— en el II Encuentro de Cineastas de América Latina […]».

En otra parte de su puntual intervención, explicó que el cine boliviano que él representa tiene como punto focal o eje central una línea temática muy bien definida desde la vertiente estético-artística: el indio suramericano, a cuya existencia se acerca desde un punto de vista paternal, pero revolucionario, y además, que en el contexto de una coyuntura muy difícil, dramática si se quiere, y con el apoyo invaluable de la industria cinematográfica insular, se pudo filmar dicho largometraje acerca del crimen de lesa humanidad que estaban cometiendo los estadounidenses con las mujeres quechua y aymara,para evitar que esas etnias tuvieran descendencia.

La exhibición de la cinta Yawar Malicu en el Festival de Cine de Venecia, Italia, donde obtuvo el lauro «Timón de Oro», en el apartado «Dirección», fue muy bien acogida por el público y la crítica especializada de la entonces República de Bolivia (hoy Estado Plurinacional de Bolivia). Tanto escándalo suscitó en la población de esa hermana nación andina la presentación de la bien argumentada denuncia audiovisual, que el entonces presidente de la República expulsó a los «colaboradores» norteamericanos que perpetraron esa barbarie; en consecuencia, declaró persona non grata al señor embajador de Estados Unidos y decretó su expulsión del país suramericano en 72 horas.

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