Creado en: agosto 28, 2021 a las 07:56 am.

En estos momentos de mi vida, no me da miedo nada

Enid Vian Audivert es poeta, narradora, editora. Licenciada en Lengua y Literatura Hispánicas. Es una de las voces importantes de la literatura infantil de la isla, con una vasta obra publicada, entre la que figuran, El misterio de las palomas errantes, Jardín, La Felicidad, Mamaique y CocóCuentos incómodosy Fangoso, por solo mencionar algunos de sus títulos. Por su labor literaria ha recibido diversos premios y reconocimientos. Entre ellos el Premio Casa de las Américas 1984,con Las Historias de Juan Yendo. La Rosa Blanca le ha sido otorgado en cuatro ocasiones, y también La Rosa Blanca Especial por el conjunto de su obra.

Conversamos con la autora a propósito de sus obras publicadas por la editorial DECO McPherson S.A. Ha sido un verdadero placer que me haya concedido esta entrevista. Agradezco sus palabras y la motivación que imprime en ellas.

Recientemente la editorial DECO McPherson S.A ha publicado tres de sus obras «Las historia de Juan Yendo», «Cuentos con disparates» y «Fangoso», ¿puede abordar de manera breve y general acerca de estas obras? ¿Son nuevas ediciones?

Las historias de Juan Yendo es una segunda edición. Consta de un conjunto de relatos para niños, de aliento poético, que a pesar de ser uno de mis primeros textos, ha tenido siempre una buena acogida. También es una segunda edición, Cuentos con disparates, donde se unen el humor, lo fantástico y lo real en relatos breves rematados con recetas humorísticas. La de McPherson S.A., creo que es la cuarta edición de Fangoso, una novela para niños que me ha dado premios y satisfacciones varias.

¿Cómo ha sido su experiencia con esta editorial?

En general, es un equipo muy responsable. La presencia e insistencia de la pandemia ha obstaculizado su trabajo, como es de suponer. Sobre todo, en la entrega de los ejemplares a los autores. Pero ha habido preocupación por solucionar el problema. Son minuciosos y respetuosos de los autores. Lo mejor de McPherson es sus propósitos. El hecho de dar a conocer a los autores del patio, que no siempre son conocidos y divulgados como merecen.

Es Narradora y poeta ¿Cómo asume cada uno de estos géneros? ¿Hay influencia de un género sobre otro?

Por supuesto, porque es la misma persona la que escribe y, para mí, la sensibilidad poética va con el estilo del “alma”. En algunos textos míos se nota más y en otros menos. En Cuentos incómodos, escritos para los adultos, lo poético desempeña un papel importante. Ocurre también lo inverso, en un libro de poesías para adultos como Poesía de amor doméstico, aunque tiene rima, la prosa y hasta la narración está de algún modo presente.

La literatura infantil es un género en el que se destaca y ha alcanzado diversos premios y reconocimientos. ¿Qué impacto ha causado su obra en los lectores? ¿Para qué en su opinión sirve la literatura infantil?

Empezando por el final, a mí la lectura en mi infancia me inculcó valores, me divirtió, aumentó mi vocabulario, y por tanto, mi capacidad de pensar, me enseñó a amar al ser humano, me dio compañía en la niñez y me creó el hábito para seguir leyendo toda mi vida.

Si a los niños que leen lo que escribo les proporciono la cuarta parte de lo que mencioné, estoy satisfecha, retribuí con algo, lo que otros autores me dieron a mí.

¿Háblenos brevemente sobre sus obras publicadas y los premios obtenidos?

Más o menos te he presentado algunos ya.  Tengo más, hasta 20, como De las rastrirrañas y las miñocorras, Mamaique, Pimpinela en prosa y en versos, Diario de un personaje imaginario, El libro de los oficios y los juguetes, entre otros. Las historias de Juan Yendo obtuvo el premio Casa de las Américas, Fangoso, el Ismaelillo y La Rosa Blanca; otros, anteriores a estos, el premio 26 de Julio y el 13 de Marzo.

¿Qué le da miedo? ¿Qué es lo que más la enfurece? ¿A su juicio cuál es la palabra más peligrosa? ¿Cuál la más esperanzadora?

En estos momentos de mi vida, no me da miedo nada. Si muero, que es lo peor que le puede pasar a uno, digo como Eliseo Diego, “les dejo el tiempo, todo el tiempo”. Otros tienen que seguir adelante. Les toca.

Lo que más me enfurece es la deshonestidad.

La palabra más peligrosa es rendirse. La más esperanzadora es batallar.

A modo de despedida: qué nos aconsejaría en estos momentos difíciles que estamos viviendo a causa de la pandemia. ¿Algún consejo especial para los más pequeños?

No rendirse nunca, batallar.

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