Creado en: mayo 12, 2020 a las 07:31 am.
Con el ritmo del agua
A 27 años de su muerte, leer a Dulce María Loynaz sigue siendo sumergirse en un caudal musical, paciente y poderoso.
La Casa ha estado siempre en el centro de todos los debates de la intelectualidad
Ningún cubano de bien debe desconocer lo que significa, para la espiritualidad de Latinoamérica, esta institución, erigida en su Patria, a cuatro meses de haber triunfado la Revolución Cubana, y dada a unir, visibilizar y promocionar la cultura de la región.
Alfredo O´Farrill Pacheco: un hombre lleno de experiencias
El Premio Nacional de Danza 2024 confiesa que su vocación de pedagogo comenzó con Santiago Alfonso, quien con su forma de hacer y de enseñar, le sembró el bichito de educar.
Isabel Bustos, manías para reinventarse
Por estos días de abril cuando la danza sigue movilizando nuestros modos de asirnos a ella como elegante tabla de salvamento, volver a Isabel Bustos es inaplazable. Ella, nos sigue convocando a seguirla, a que sintamos que, entre cuerpo y acción, solo gravita la disposición natural de volvernos danza.
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Crítica
Danza folklórica, ¿a quién pertenece ese legado?
La danza ha venido para salvarnos la existencia, para corroborar nuestra pertenencia a un legado heredado de abuelos, leyendas y mitos, como espacio franco de negociación entre oralidad y escritura, entre tradición y contemporaneidad, entre pasado y presente.
Hoy, apunta el profesor y crítico, Noel Bonilla – Chongo, cuando cada día me convenzo más de la excelencia de nuestros artistas y agradezco su trazo permanente y sacrificial en los escenarios más insospechados; “les reclamo volverse re-constructores de eventos, inventores incrédulos, desafiadores de riesgos”.
Quiérase que la danza cubana de hoy, añade, “dialogue con la tradición, desde la claridad de que los tiempos han cambiado y, aun así, siga siendo su cuerpo el sitio privilegiado para el giro desenfrenado, para el salto inatrapable, para la percusión invocadora”.
El Gran Jardín de Lissette Solórzano
Una bitácora sobre investigaciones e historias personales deviene la exposición de la destacada fotógrafa y artista de la plástica, remitiendo a experiencias desoladoras y ofreciendo a la vez caminos y senderos que superan la angustia existencial, mediante una analogía entre el viaje interior y personal y el exterior y colectivo.
Con El Gran Jardín, la artista cambia sus recursos discursivos y la construcción conceptual de su fotografía, sin abandonar su estilo de relatar con imágenes ni el mecanismo crítico que acompaña su obra. Nos regala así una muestra conformada por 10 piezas, las cuales forman parte de un proyecto en pleno desarrollo, cuya conexión temática se basa en recuerdos de la artista relacionados con la Covid-19 y la emigración.