Creado en: abril 1, 2023 a las 08:25 pm.

Lucía, la poesía hecha vida

Es el arribo de la poetisa Lucía Esther Muñoz Maceo a las siete décadas de vida, una de las motivaciones para el Evento Teórico de Literatura Bayamesa que se desarrolla por estos días en la Cuna de la Nacionalidad Cubana, durante la Edición 38 de la Jornada de la Cultura Bayamesa.

Lucía cumplirá en septiembre venidero y sigue activa anunciando libros por publicar, leyendo poemas inéditos, contando sus experiencias y escribiendo como un ejercicio de vida.

En el salón de exposiciones transitorias del Museo Provincial Manuel Muñoz Cedeño, patriota y músico de quien Lucía es tataranieta, se reúnen promotores literarios, poetas, libreros, narradores, gente del mundo del libro y la historia para dialogar entre otros temas de la prolífica obra de Lucía y escuchar de su propia voz tres estremecedores textos inéditos, además de las anécdotas que le rodean a la escritura de estos poemas y a la creación misma.

A nadie sorprende, por esperado, el anuncio de nuevos títulos, en esta oportunidad comenta que un nuevo libro: Diatriba para un hombre caracol, está en proceso editorial. Un poemario donde recoge las historias de decenas de mujeres violentadas, de sus experiencias de trabajo en Musas Inquietantes, proyecto de promoción sociocultural y de lucha contra cualquier manifestación de violencia, especialmente hacia mujeres y comunidad LGBTQI.

Nombrada “Novia de Bayamo”, para ella la lectura, los libros tienen un lugar especial en su vida, como aquella libreta rayada que le regalara su madre, para que dejara plasmadas las fantasías que venían a su cabecita infantil que resultaron en inquietudes artísticas tempranas.

Ella creció y se convirtió en una poeta, por convicción, por necesidad, por el ejercicio de la escritura como algo vital. Se reconoce como de la generación de los Filólogos graduados en la Universidad de Oriente, entre 1980 y 1985, que llegaron a las instituciones culturales de provincias y municipios y rotaron por varias de ellas, a veces sin saber las propias instituciones donde colocarles, pero reconoce que aprendió mucho en ese ir y venir de la galería a la casa de la cultura y otras.

De la vida literaria de Lucía habla la poetisa y ensayista Juventina Soler Palomino, especie de biógrafa y estudiosa de la obra de su colega. Señala Soler Palomino que a pesar de que Lucía fue casi dos décadas Presidenta de la Uneac en Granma, no usó su puesto para visibilizar su obra, y tuvo que luchar como cualquier otro escritor en la década de 1990 para ubicar sus creaciones en antologías y editoriales nacionales, que a pesar del boom editorial la gente de la Cuba profunda quedaba sin todas las oportunidades que disponían los que vivían en el occidente, especialmente en la capital del país.

La poesía de Lucía no escapa de las características de la poesía cubana contemporánea, hecha por mujeres, que desde Gertrudis Gómez de Avellaneda fue una poesía de rebeldía, de lucha, de plasmar dolores y aspiraciones. Los versos de esta mujer son desacralizadores y habla con una belleza particular de la cotidianidad, de sus vivencias, y lo hace de manera segura.

Para nada resulta una poesía complaciente. Es contestataria y resalta la dimensión poética del mundo doméstico, de lo cotidiano, que estremece y llama la atención al escucharle o leerle.

Lucía se llama a si misma terrenal, que escribe de lo que ha vivido, y aunque la han tratado de encasillar como neorromántica, no se ve en ese romanticismo bucólico, ya que no contempla de manera apacible la naturaleza ni el entorno, sino de manera profunda y activa.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *